Hemos leído infinidad de libros, charlas y artículos donde expertos en felicidad, parecen poseer la pócima mágica para ser feliz en tu trabajo. Sea cual sea. En todo caso, eso es imposible, hay labores que por su dureza en lo físico o psicológico, desgastan.
Hasta el ser más optimista del planeta puede dar visos de no poder más con su trabajo. Entonces, ¿cómo lograr sobrellevar un empleo que nos resulta gris o monótono? La actitud. Una actitud plástica, que sepa valorar los momentos buenos de la jornada.
Inteligencia emocional práctica
Imaginemos la figura de un cobrador. De esos que antaño, debían hacer colas en un banco, o llegar hasta un lugar apartado para cobrar una deuda. No parece el mejor trabajo del mundo. De hecho, se viven situaciones violentas, tediosas...
¿Qué puede hacer alguien ante semejante cotidianidad? Por ejemplo, aprender inglés. Sí, durante las horas en las que ha de esperar para que le atiendan durante una gestión, consultar su móvil y mejorar el idioma, es una opción. Pero sólo quien sea capaz de ver una oportunidad donde otro vería un espacio para la queja, será el ganador en esto de ser feliz en su trabajo.
Sentido de humor
Dicen que las personas con sentido de humor, y negro, sobre todo, poseen una inteligencia superior. Estar en un puesto de trabajo nada gratificante, donde el entorno es hostil, puede ser una oportunidad para echar mano de él.
El humor ayuda a relajar una situación tensa, a rebajar un momento donde la crispación sea la protagonista, o como método para motivarnos.
Adaptación
De acuerdo, no tenemos el trabajo de nuestros sueños, el ambiente no es el ideal, el sueldo tampoco es para echar cohetes, pero lo necesitamos, y queramos o no hemos de afrontar la realidad. ¿Y si nos adaptamos lo mejor posible a la situación?
Parece fácil, pero no lo es. No se trata de acudir a nuestro puesto y cumplir con desgana, sino de aceptar que es lo que hay (al menos a medio plazo) y convertir esas horas en un momento de nuestro día que nos ofrecerá una recompensa a largo plazo.
Conclusión
Si bien es imposible ser feliz o acudir con entusiasmo a nuestro trabajo siempre, al menos, seamos capaces de quedarnos con algún aspecto positivo que nos servirá para el futuro. La paciencia, la disciplina, la observación y otras cuestiones nos pueden servir para mejorar en un próximo empleo o para no hacer lo que no nos gusta, si un día estamos al frente de un negocio.
En Pymes y Autónomos|¿Cobrarías menos si eres feliz en tu trabajo? Seis de cada diez empleados si lo haría Imagen|Jose Ramírez