Muchos negocios se van a ver en un aprieto tras acogerse a los ERTEs. La realidad es que es un mecanismo que ha resultado muy eficaz para parar el primer golpe de la congelación económica que ha significado la obligación de cierre para muchas empresas. Otras simplemente han visto como sus clientes desparecían. Pero la condición es mantener el empleo al menos durante 6 meses del personal incluido en el ERTE. Es aquí donde muchos tienen dudas sobre los ingresos que tendrán tras la vuelta a la actividad y si no se puede despedir, ¿podrán mantener los negocios el nivel salarial previo al coronavirus?
Porque hay que recordar que el salario medio ha ido aumentando en los últimos años y sobre todo en lo que afecta al salario mínimo interprofesional, se ha experimentado un incremento notable en los dos últimos años. Este será el tope para muchas empresas, pero la realidad es que tendrán que llegar a acuerdos con sus empleados.
Llegan días duros para muchas empresas y para muchos empleados. Y es posible que nos encontremos con cambios en el calendario de reformas previstas. ¿Seguirá el Gobierno con su plan de derogación de algunos aspectos de la Reforma Laboral? En este caso la prevalencia del convenio sectorial sobre el propio convenio de empresa puede limitar estos pactos entre empresa y trabajadores para mantener empleo aún a costa de ajustar salarios.
Porque todo indica que después de la vuelta a la normalidad la mayoría de los negocios van a sufrir una caída de ingresos significativa. Y en estos casos el gasto de personal es el camino más rápido para realizar recortes. Las empresas que no han llevado sus trabajadores a un ERTE podrían realizar despidos, pero en la mayoría lo habitual será que se recorten las contrataciones.
Especialmente en los negocios de temporada de verano, con una campaña turística en el aire donde algunos empresarios del sector ya se están preguntando si este año merece la pena abrir o no. Muchos de estos negocios ni siquiera habían empezado a contratar todavía. Empezaban su temporada con la llegada de la Semana Santa, otros esperaban un poco más a la entrada del verano para contratar más personal.
En situación extremadamente difícil quedan los autónomos con empleados de pequeños comercios muchos de ellos, que ven como con la reapertura será muy complicado mantener el empleo. Y ahora están en un callejón sin salida, no pueden despedir a los trabajadores incluidos en el ERTE y no tendrán ingresos suficientes para pagarles con la vuelta a la actividad en recesión.