Basado en hechos reales. Un día cuando te diriges a casa, tras una jornada en la que has estado expuesto a ciertos peligros, la ciudad está llena de obstáculos y razones por las que podemos sufrir cualquier percance; resulta que te caes cuando apenas unos metros te separan de tu dulce hogar.
Amortiguas la caída con un brazo y la muñeca se resiente. Hasta ahí todo normal, a cualquiera puede pasarle algo similar. Pero, ¿qué ocurre cuando tu trabajo consiste en teclear a diario y te ganas las vida escribiendo?
Cuando los consejos para trabajar frente al ordenador llegan tarde o no sirven
Son muchos los consejos que encontramos para sentarnos de manera adecuada frente a un ordenador, pies en el suelo, espalda recta, realizar descansos, apoyar las muñecas en un espacio de la mesa, o bien contar con uno de esos teclados ergonómicos que parecen fabricados en la NASA.
¿Pero qué hacer cuando una de tus dos manos trabaja a medio gas? El síndrome del túnel carpiano ya ha sido declarado enfermedad profesional, y tal vez nos dé por pensar que esa caída no sea más que otra muesca en una herida que ya estaba abierta.
Por muchos consejos y correcciones de postura que hagamos, el dolor ya está ahí, presente. Y el médico te aconseja reposo. ¿Reposo? Si no tecleo no trabajo, si no trabajo... El síndrome del freelance.
Tranquilidad y aceptación, claves para afrontar una lesión
Ya se han dado casos donde los trabajadores han ganado juicios frente a sus mutuas, que no relacionaban este tipo de dolor como una enfermedad derivada de su labor profesional. Pero en el caso del freelance, ni mutua ni nada similar, sólo queda afrontar los hechos como algo natural.
Los autónomos y los freelances no son seres de otra galaxia, por lo que si hay que bajar el ritmo y decir claramente a un cliente que eres humano y que te has estropeado un poquito, no pasa nada. Invertir en nosotros, es la mejor decisión. Aunque sea en tiempo para recuperarnos, faltaría más.
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