¿Merece la pena pedir referencias de trabajadores a otras empresas?

¿Merece la pena pedir referencias de trabajadores a otras empresas?
8 comentarios
HOY SE HABLA DE


Tal cual os comentaba el otro día que me habían pedido una carta de recomendación, hoy me ha llamado una empresa para pedirme referencias sobre un trabajador en cuestión y comprobar la autenticidad de la carta de recomendación que le habia confeccionado anteriormente.

La llamada ha sido muy correcta, cordial, lo típico de estas situaciones entre desconocidos, pero me ha dejado un mal sabor de boca. No me considero nadie para aportar referencias al futuro laboral de otra persona.

No me ha gustado este tipo de actuación y vayamos por partes en los detalles.
No conozco la empresa que me ha llamado ni las funciones que tendrá que desarrollar el trabajador en el futuro puesto. Cualquier información pasada sobre mi empresa no es trascendente para su nuevo puesto si el trabajo a desempeñar no es el mismo.

El entorno laboral de las empresas es distinto y no es comparable. Por tanto, la motivación que pueda tener una persona difiere completamente de una empresa a otra. Una persona motivada desempeña su trabajo mejor que esa misma persona sin motivar. ¿Qué referencias se puede dar frente a productividad y resolución ágil de escollos? Con estas premisas, ninguna.

Me he sentido como un juez. En donde una frase mal interpretada por parte de mi interlocutor o alguna mala actuación pasada del trabajador en mi empresa puede provocar el rechazo automático de su candidatura en la nueva empresa. No quiero y me niego a tener planeando sobre mi cabeza la sombra de la duda de haberle complicado mucho la vida a una persona por una visión objetiva o subjetiva de determinadas actuaciones, indistintamente sea el mejor o el peor de los empleados.

En estas situaciones, te encuentras en un callejón sin salida. Porque si no das referencias, el interlocutor entiende automáticamente que el trabajador es malo o ha hecho cosas indebidas en la empresa, y si las das, corres el riesgo de equivocar la visión de esta persona.

Por otra parte, no se debe mentir en estas conversaciones. Si te preguntan si el trabajador es puntual ¿qué le dices? Imaginemos que en mi caso, se tenía cierta flexibilidad horaria, tanto en entrada como en salida al trabajar más sobre objetivos que sobre horario. ¿Le tengo que contar a este hombre que no es puntual porque en mi empresa se entra y se sale a demanda?

En definitiva, ¿qué aporta de bueno? Nada frente el montón de puntos negativos que se pueden sacar en una cuestión de este tipo. Creo que la evaluación correcta de los candidatos se debe hacer por la propia empresa o por departamentos especializados en RR.HH, y no tomar nunca la visión y trayectoria profesional de trabajos anteriores, hayan sido excelentes o desastrosas. ¿qué opinais?

Imagen | Aidan Wojtas
En Pymes y Autónomos | Las cartas de recomendación a ex-empleados

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Comentarios cerrados
    • Pero Jose María, esos matices pueden ser realmente peligrosos, tanto para lo bueno como para lo malo.

      Cada uno tendemos a contar la feria según nos ha ido, y sacar una visión relativamente objetiva es difícil.

      No sé, tema reflexivo donde los haya.

      Un saludo

    • @Estrambomares, en este caso particular que relato, el propio trabajador me pidió la carta de recomendación o referencias previamente.

      LA verdad que no había echo ninguna antes, tal cual comenté en el post de la Carta de recomendación. Pero este fin de semana me he "llevado una sorpresa" al respecto, la cual voy a escribir un post en breve.

    • Efectivamente, aunque nunca me lo había planteado de esa manera, es totalmente cierto lo que cuentas Remo.

      Pero también creo que hay que dejarse llevar y fiarse del proceso de selección propio, no sólo por lo que expones, sino porque el "juez consultado" que indicas, también puede tener un buen o mal día y dar un empujón o frenar a una candidatura pésima o ejemplar.

      Por desgracia, aunque queramos evitarlo, a todos nos influye en mayor o menor medida el estado de ánimo en la toma de decisiones.

    • Creo que es importante buscar opiniones externas durante un proceso de selección. El que decide tiene varios elementos de juicio y a él corresponde acertar o equivocarse. Me parece bien colaborar en los procesos porque vas a ayudar a alguien: al empleador o al empleado.

      Por otra parte no creo que las actitudes y aptitudes de una persona cambien mucho de un trabajo al siguiente. A ciertas edades, la "plasticidad" cerebral que permite modificarlas requiere de mucho tiempo.

      Como no todo es blanco/negro, la entrevista permite aportar información o matices que no se reflejaron en la carta.

    • Claro, las necesidades son completamente distintas, pero es mejor tener una referencia un poco distante de la verdad que el no tener nada.

      No creen?

    • La pregunta es; ¿cuándo se da una carta de recomendación?. Porq una vez dada, lo q te ha pasado es lo razonable; uno da cartas de recomendación cuando se ve capaz de recomendar a alguien. Si no, no las de. Pero ese documento va firmado nominal y uno es responsable de sus palabras no (y dueño de sus silencios).

      No sé, yo he tocado el tema de manera circunstancial, pues soy psicólogo y he tenido contacto real con la selección de personal, y lo cierto es q las cartas se ven poco, demasiado poco. Y creo q es un poco por lo q dices; porq uno no se siente cómodo humanizando el proceso de contratación/periodo de trabajo/despido. Así q casi ningún jefe lo alarga innecesariamente dando la cara por un trabajador válido (otra cosa es q sea un despido pactado con carta de recomendación como requisito, q también pasa).

      En fin, q son prácticas de las de antes mantenidas en el mercado laboral actual.

      Saludos,

    • @Remo; Pues eso. Q el trabajador te la pida exige dársela o negársela con todas las consecuencias. Antiguamente, cuando las plantillas se pensaba q tenían q ser para toda la vida, el hecho de desprenderse de un trabajador valioso exigía de un buen trato para el mismo; intento de reubicación en empresas amigas, cartas de recomendación, etc. Pero eso hoy ya no se hace, ha caído en desuso. Una carta de recomendación no deja de ser un compromiso con el trabajador más allá del papel, pues te pueden llamar hoy o dentro de 10 años y uno ha de seguir respaldando sus palabras en ese escrito. El mero hecho de dársela ya te compromete, si uno no se siente a gusto haciéndolo es porq no confía lo suficiente en la persona recomendada (además de porq uno no está acostumbrado a ser entrevistado, pero se coge experiencia con la práctica).

      De todas formas, ahora me dejas con curiosidad. A ver si nos cuentas q ha pasado.

      Saludos,

    • Si la carta la da el trabajador creo que debería interesar, así después esas referencias no sirvan para nada. Lo que si creo no se debería hacer nunca es pedir referencias cuando nadie te ha dado autorización a hacerlas. Me parece que es ilegal tanto para el que pide ya que el que te den un curriculum no te autoriza a "investigar", así como también para el que es contactado ya que nadie tiene derecho a revelar datos personales, mucho afectar en la vida laboral de alguien, sobretodo si es para decir cosas negativas, lo cual es muy difícil de saber ya que si te preguntan por ejemplo si la persona le gusta trabajar sola o en grupo, la respuesta puede ser buena o mala según el trabajo. En derecho hay figuras penales para este tipo de acciones, lamentablemente las empresas hoy en día poco se preocupan de lo que dice la ley, sino lo creen revisen durante 5 minutos ofertas de trabajo y verán como descaradamente e incluso en páginas del gobierno, las empresas piden gente con determinadas edades,nacionalidades, buena presencia, curriculum solo con foto, etc, etc, etc. Creo que los organismos fiscalizadores deberían dar lecciones recordatorias de lo que se puede o no hacer según nuestras leyes.

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