¡Dios, por fin, por una vez se van a acabar esos actos sociales, a los que más de uno nos veíamos obligados a ir! ¡Para que luego digan que la crisis no trae efectos beneficiosos, como dice Solbes!
Esto es lo que pensaréis más de uno cuando este año os hayan dicho que no hay cena de navidad, en todo caso, un pequeño piscolabis, el viernes por la tarde antes de acabar el trabajo, o unas cañitas antes de salir, o una botella de cava con unos canapés en vuestro íntimo lugar de trabajo.
Sí señores, la crisis, tiene otro daño colateral para los restauradores, al parecer han bajado las reservas para las fechas navideñas un 15%.
Sinceramente me gustaría oír el clamor de la calle y saber si esto que dicen los medios de comunicación es cierto, ¿realmente muchas empresas van a dejar de hacer la cena de navidad que llevaban años haciendo? ¿nos vamos a quedar sin jamón de jabugo y Ribera del Duero?.
Aunque según otras fuentes las empresas han optado por reducir el presupuesto destinado a los menús, entonces, ¿nos van a cambiar las gambas por palitos de cangrejo?
Personalmente, no me lo creo, se trata de un acto social muy arraigado, no me preguntéis de donde viene, pero agradecería si alguno de vosotros conoce los motivos de su implantación, me lo aclarara.
Aunque si los datos son ciertos, con lo que le gusta comer al españolito medio, me parece que estamos ante un dato inequívoco de que la cosa está muy mal.
¿Qué vas a hacer vosotros con la cena de navidad? ¿Reducís presupuesto? ¿No la hacéis?
Como siempre, estaré encantado de leer vuestros comentarios.