La transformación digital es un proceso imparable. Tanto, que no existe sector de nuestra economía al que no le alcance. Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer y mucho camino por recorrer, especialmente si lo enfocamos desde el punto de vista de las pequeñas y medianas empresas, las compañías que generan la mayoría de empleo y valor en nuestro país.
En concreto, según un reciente estudio de Orange y Cepyme, la transformación digital en las empresas es un proceso que podría provocar un crecimiento del 5% en el PIB de nuestro país. Por eso, la digitalización ya es una opción; es una necesidad para todas las pequeñas y medianas empresas de nuestro país.
Pero estamos demasiado lejos de lograr el objetivo. A día de hoy, si bien un 98,65% de las empresas tiene conexión a Internet, solo el 22,8% utiliza servicios en la nube. Y de este porcentaje, solo el 30% reconoce usarlos de forma habitual. Y tan solo el 19,6% de las empresas afirman utilizar el comercio electrónico como un canal alternativo a la venta física.
Los principales desafíos a los que se enfrentan las empresas que tienen que acometer este cambio son varios: por un lado, el coste de la implantación de las nuevas tecnologías; por otro, la ausencia de personal cualificado y, por último, el desconocimiento de las ofertas, entre muchos otros, son las principales barreras que encuentran las pymes a la hora de abordar su digitalización.
Estas dificultades se multiplican a medida que disminuye el tamaño de las empresas, siendo las microempresas (de 1 a 9 trabajadores) las que mayores obstáculos encuentran. Precisamente, son este tipo de empresas las que conforman la mayor parte del tejido empresarial de nuestro país.