Trabajas en casa. Solo. Tu herramienta de trabajo es un ordenador, un teléfono y una gran mesa. La conexión a Internet es más importante que si tu corazón deja de latir. Las horas de descanso te las impones tú o bien las eligen otros.
Por ejemplo: el cartero que siempre toca a tu timbre (y no dos veces) los comerciales de telefonía móvil que deciden llamar justo cuando te sientes inspirado. Y ahora, cuando todo el mundo habla de las cenas de empresa, piensas en la tuya. Ni compañeros, ni bromas pesadas, ni chistes malos del jefe.
Solo frente al plato
Pero que la fiesta no decaiga. Siempre apostamos por propuestas que sirvan de estímulo para todo aquel que trabaja desde casa: escuchar música para concentrarse, o herramientas que nos ayudan a organizar mejor el trabajo y aprovechar mejor el tiempo.
Porque trabajar desde casa es complicado, porque hay personas que no entienden que un día puedas dar un paseo mientras todos están cumpliendo su horario en su empresa.
Porque las penas son menos penas si se pueden compartir, y el teletrabajador autónomo se siente incomprendido por sus amistades.
Por supuesto que habrá cena
Quizá no sean muchos los que acudan, lo cierto es que estarás solo, probablemente redactando un artículo o dando los últimos toques a un diseño o página web.
Lo positivo es que no tendrás que pagar por un menú que no te agrada, ni aguantar los chistes malos de tu compañero. Lo negativo es que no podrá subir fotos a Instagram demostrando lo feliz y lo bien que te llevas con tus compañeros.
Desde hace unos años, alguien piensa en ti
Allá por 2014 alguien tuvo la feliz idea de que ningún autónomo debía quedarse en casa este mes. Que también tenía derecho a cumplir con todos los tópicos que conllevan estos días.
Por lo tanto, siempre se puede elegir pasar de la cena de empresa, o formar parte de ese colectivo que pretende reunir a los autónomos abandonados y pasar un buen rato intercambiando tarjetas a la vez que se degusta un buen plato.
Solo ante el peligro
Pero si el calendario no dicta las normas en tu vida, y eres un freelance de los pies a la cabeza, seguro que pasarás estos días con una sonrisa en la cara y sin dar la mayor importancia a cenar, como siempre, o en familia o en soledad pero feliz.
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