La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) ha pedido a España, a través de su informe bienal, que extienda el tipo general del IVA eliminando los tipos reducidos salvo para los productos de primera necesidad, además de proponer una reducicción permanente de las cotizaciones sociales.
Una institución que, al igual que ya propuso la FMI en su momento, da una de cal y otra de arena. Por un lado, propone rebajar la carga directa que soportan tanto empleados como empresa y, por otro lado, propone aumentar la imposición indirecta para compensar esta menor recaudación. ¿Para cuándo una rebaja de la carga fiscal de las empresas sin condiciones?
Dos propuestas que, combinadas, permitirán aumentar la competitividad de las empresas españolas a través de una reducción de los costes fiscales y un aumento del precio de las importaciones, que permitirá ajustar la balanza comercial.
Sin embargo, cabe destacar la mayor regresividad que tendría un impuesto como el IVA en caso de aplicar el tipo general a todos los productos (aunque la OCDE excluye los productos de primera necesidad). La demanda interna se vería perjudicada, aunque bien es cierto que la recaudación fiscal aumentaría al tratarse de bienes cuya demanda es más bien inelástica.
En definitiva, la OCDE nos propone dos medidas que tendrían efectos contrapuestos en las pymes y quién sabe si con un efecto nulo sobre los costes empresariales efectivos. ¿Para cuándo un organismo de esta importancia nos propondrá medidas que, por fin, sean todas ellas beneficiosas para el conjunto de las empresas?
En Pymes y Autónomos | La OCDE no conoce las circunstancias en las que tienen que pelear las empresas españolas
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