El número de contagios por coronavirus continúa subiendo en nuestro país, a la vez que siguen apareciendo focos por todo el territorio nacional, provocando una situación que preocupa a las autoridades autonómicas, que son la que, desde que se levantó el estado de alarma, las que tienen la responsabilidad de poner todas las medidas a su alcance para evitar que la pandemia se extienda.
Usar la mascarilla, llevar una adecuada higiene, desinfectarnos las manos, mantener la distancia social, etc., son las indicaciones que algunos ciudadanos parecen haber olvidado, y que quizás no fue trasladado como un mensaje claro al llegar el verano. Un segundo estado de alarma para las empresas y la economía supondría una catástrofe.
Un nuevo estado de alarma, aunque sea por áreas acabará repercutiendo en las pequeñas y medianas empresas. Este asunto, viene a sumar más incertidumbre entre diferentes sectores que ya han comprobado que pasar de fase en fase de una manera acelerada, no ha sido sinónimo de recuperación.
Las reuniones familiares y el ocio nocturno, son las causas de los rebrotes del Covid-19. Pero ni este sector ni el resto, son responsables al 100% del comportamiento incívico de sus clientes (en la mayoría de los casos).
La salud es lo primero. Pero de nada sirven los repartos de mascarillas, el recordar que hay que lavarse las manos y respetar la distancia social, si una gran parte del país no cumple con unas mínimas normas. Justo ahora es el momento de la solidaridad, a nivel personal y económico.
Porque volver al estado de alarma, supondría un paso atrás gigantesco en la economía española. El turismo ya ha comprobado que España no es sinónimo de fortaleza como sector. Una pandemia y decisiones externas, pueden tumbar un trabajo de décadas.
100 días de confinamiento, el miedo, la falta de responsabilidad por otra, forman un cóctel nada seductor si con un número tan elevado de contagios volviéramos a la casilla de salida. ¿La solución? El tiempo.
A lo largo de este año, y previsiblemente del próximo, no se van a recuperar los niveles previos a la crisis, aseguran los expertos en economía, una economía que ya estaba en alerta antes del virus.