Actualmente son muchas las empresas y organizaciones que se encuentran inmersas en el desarrollo y posterior aplicación de severos planes de ajuste presupuestario, recortando en muchas partidas de gasto. Dentro de esta tarea tenemos el enorme objetivo de alcanzar una estructura de costes mucho más económica, pero con el menor 'daño' posible al funcionamiento de las operaciones de la organización.
Dentro de este complejo objetivo es fundamental tener la capacidad de discernir entre lo que es elemental y lo que es accesorio, para que de este modo una política de reducción de costes no se traduzca en un peor funcionamiento ni en una 'muerte anticipada' de la empresa.
Para conseguir este objetivo es fundamental conocer nuestra empresa, y algo aún más importante, tener la sensibilidad suficiente como para prever el impacto que tendría en el negocio la reducción o supresión de determinadas partidas presupuestarias. Aunque bien es cierto que muchas veces resulta muy complicado por no decir imposible la cuantificación del impacto de algunas de ellas, al reportar beneficios trasversales a otras áreas o para la consecución de otros objetivos.
En consecuencia, la economía de costes no debe ser interpretada como la labor que la mayoría de las empresas realizan obligadas por las circunstancias económicas actuales, sino como la mejor asignación de los recursos disponibles para el mejor fin, lo que pasa por establecer prioridades, preservando de este modo la salud y estabilidad de nuestro negocio ante cualquier otro tipo de objetivo.
En Pymes y Autónomos | El contro de los costes es fundamental para aguantar el temporal Imagen | domino