La morosidad continúa siendo uno de los principales problemas de las empresas en España. A pesar de la Ley de Morosidad y de todas las medidas articuladas para luchar contra este fraude, lo cierto es que todavía sigue dando, y mucho, de qué hablar.
Cuando un cliente no paga, puede llegar a poner en riesgo la viabilidad misma del negocio, además de suponer incómodas llamadas o incluso acarrear costes no previstos. Por suerte, hay ciertas estrategias que puedes aplicar para lidiar con los clientes morosos.
Fija fechas de vencimiento en las facturas
El primer paso para evitar la morosidad, y quizá el más importante, es fijar claramente la fecha de vencimiento de las facturas. Gracias a este concepto, quedará aclarado y aceptado por parte del receptor cuál es la fecha límite para formalizar el pago. A partir de entonces, además, se podrá abrir un proceso monitorio en caso de deuda no cobrada que servirá para reclamar los intereses de demora correspondientes.
Promueve sanciones en los pagos
En caso de que tengas clientes morosos crónicos, puedes establecer sanciones por retrasos en los pagos. Asimismo, también puedes solicitar el pago por adelantado si tienes cualquier sospecha para así evitar cualquier tipo de problemas.
Establece una nueva fecha de pago
Si el cliente no puede pagar de inmediato, y así te lo comunique, siempre puedes establecer o acordar una nueva fecha que a ambos os encaje. En este caso, será relevante indicar que su incumplimiento repercutirá en el uso del servicio. Recuerda que siempre debes tener cierta paciencia con tus clientes, especialmente con los nuevos, ya que lo más probable es que no tenga malas intenciones (a menos que sea un caso raro).
Evita morosos crónicos
No todos los clientes morosos son iguales. En ocasiones, puede deberse a un problema transitorio de liquidez; en otros, un despiste o un contratiempo puntual. Y, en otros, puede que exista mala fe. No deberías actuar de la misma manera ante diferentes tipos de clientes morosos, por lo que conocer las razones detrás del impago te ayudará a decidir tus siguientes pasos a seguir.
Mantén una comunicación fluida con el cliente
Deberías mantenerte al día con la situación del cliente. Esto no implica llamarle de forma constarte para reclamarle el cobro, sino contactarle cada cierto tiempo en las que demuestres interés y preocupación. Si ya intentaste cobrarle al cliente anteriormente, e incluso fuiste comprensivo por su situación, pero aun así no paga, puedes empezar a ser un poco más insistente.