Uno de los elementos más comunes de toda oficina son las sillas giratorias con ruedas. Son elementos verdaderamente útiles ya que permiten una gran adaptación al cuerpo del empleado mientras éste está trabajando, así como una gran flexibilidad para desplazarse por la oficina si es necesario.
Sin embargo, pueden llegar a ser peligrosas si no se usan de manera adecuada. Hay que tener en cuenta una serie de aspectos a la hora de elegir la silla que debemos comprar y a la hora de utilizarlas para evitar accidentes y no poner en peligro la integridad física de nuestros trabajadores.
- Las sillas giratorias han de tener cinco patas y no cuatro. Cuanta más base tengan donde poder apoyarse, más peso podrán resistir.
- Cierta resistencia a la rodadura. En una oficina con muchas sillas, es más que probable que haya toques involuntarios que la desplacen. Es conveniente que en estos casos el desplazamiento sea el menor posible sin que ello implique una pérdida de movilidad de la misma.
- Las sillas giratorias de ruedas no están pensadas para subirse en ellas. Al estar subidos en ella, el desplazamiento es más que probable y nosotros no somos equilibristas, por lo que hay grandes posibilidades de que nos caigamos.
- Solo deberíamos recilinarla cuando lo hayamos probado antes.
- Si escuchamos un ruido extraño, lo mejor es revisar la silla. Es posible que haya alguna pieza suelta que haga que se rompa si se utiliza demasiado.
- Cuanto más viejo sea el mobiliario más posibilidades habrá de que se puedan producir accidentes innecesarios que pueden llegar a ser graves.
Como trabajadores no solemos percibir la oficina como un lugar de riesgo contra la salud y el bienestar, pero debemos ser cuidadosos a la hora de utilizar según y qué elementos de la misma para evitar sustos innecesarios.
En Pymes y Autónomos | Ergonomía en la oficina Imagen | Universidad de Navarra