En nuestra relación con nuestros clientes, con nuestros proveedores, con nuestros trabajadores, compañeros, etc. es importante saber comunicar. Saber transmitir tiene tanta importancia como lo que estamos transmitiendo porque no siempre somos capaces de decir lo que realmente queremos decir, porque necesitamos centrar la atención de nuestros interlocutores en lo que estamos contando o porque no conseguimos que entiendan nuestro mensaje. Por eso uno de los aspectos que debemos cuidar es nuestra comunicación verbal.
Si tenemos que hacer una presentación de nuestros productos, si tenemos que negociar las condiciones de un contrato, realizar una entrevista de trabajo, dar unas directrices sobre qué hacer y cómo hacerlo, ... Hay múltiples situaciones donde hacerse entender es vital y por eso debemos tener en cuenta una serie de factores que intervienen en que nuestro mensaje llegue más cláramente a sus destinatarios.
Los pensamientos suelen ir mucho más rápido que las palabras, por eso debemos cuidar el lenguaje oral que debemos utilizar, además éste va a depender de muchos factores: las características de nuestro interlocutor, el grado de confidencialidad del tema o el lugar en donde estemos, etc.
Por eso es necesario que tengamos en cuenta que a la hora de expresarnos debemos cuidar determinados aspectos. Debemos utilizar un lenguaje claro, preciso y sencillo, evitando tecnicismos, frases hechas, palabras rebuscadas o recurrir excesivamente al argot y adaptando el tipo de lenguaje a la situación y a la gente que escucha.
Debemos transmitir nuesto mensaje de manera gráfica y descriptiva, para que nuestros oyentes puedan generar imágenes mentales con claridad, sobre todo si no tenemos un soporte gráfico en el que apoyarnos. El lenguaje debe ser dinámico, evitando los verbos en futuro y condicional y utilizando el presente, además no debemos mostrar ningún signo de vacilación.
Hay que utilizar mensajes positivos, sin utilizar giros o expresiones que evoquen ideas negativas, para ello utilizaremos palabras y frases confirmadas, positivas y de interés. Tenemos que evitar ser redundantes, utilizar en la medida de los posible una sola palabras en lugar de una frase. Evitar los superlativos inútiles, el uso de demasiados adjetivos y la falsa confianza y la falsa humildad.
Debemos de tener claro que si el receptor no entiende es por culpa del emisor y tenemos que esforzarnos en mayor medida cuando estamos en situaciones conflictivas o en posiciones difíciles para expresar nuestro mensaje.
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