En España tenemos la suerte de contar con empresas que se dedican a la producción y/o comercialización de productos típicos de una alta calidad y valor comercial. El problema es que como la grave crisis que atravesamos condiciona mucho las ventas y los resultados, 'obligando' a muchas empresas a buscar la salida en la exportación.
La exportación presenta grandes ventajas, entre las que se destacan la diversificación de la cartera de clientes, de los ingresos, y la menor dependencia de la situación económica del país. De modo que a pesar de que nuestro país esté en crisis, podemos sortear el temporal dirigiendo nuestras ventas hacia otros destinos.
Decidir exportar supone mucho trabajo adicional, al menos en la primera fase, porque tenemos que estudiar los mercados, empaparnos de los distintos trámites a realizar, dar a conocer nuestros productos (que pueden tener una aceptación distinta, pensemos en los inicios de la exportación de jamón ibérico), en definitiva, conocer al consumidor extranjero, que puede presentar diversas diferencias con el nacional. Además de armarnos de la fuerza y la decisión suficientes para abrirnos una puerta comercial de incalculable valor.
En conclusión, exportar no es fácil, pero es una decisión muy gratificante. Pensemos en todas aquellas empresas que ya están exportando, algunas por encima del 60% de su producción, que no podrían subsistir en las condiciones actuales únicamente con el mercado nacional. ¿No merece la pena intentarlo? Solo hay argumentos positivos para hacerlo.
En Pymes y Autónomos | Anticipación de remesas de exportación Imagen | eusoufamecos