Cuando hablamos de los valores de la empresa, casi siempre, nos referimos al valor contable o al valor de mercado de la misma, los beneficios, los fondos propios, la capitalización. Sin embargo casi nunca nos referimos a los otros valores, esos principios que la caracterizan.
En los actos en los que estuve presente hace unos días en el día do emprendedor, en un par de ocasiones salió a relucir el tema de esos otros valores de la empresa. El uno de los coloquios, un interviniente, hablando de la necesidad de inversión, indicaba que ellos habían rechazado la aportación de un inversor porque no estaban dispuestos a dar entrada en su empresa a alguien que quisiera introducir en la misma conceptos distintos a los que ellos se habían planteado.
Posteriormente, un interviniente en otro acto, hacía referencia a que antes de montar su empresa había trabajado para otra y que en una ocasión fue a visitar a un cliente, en un momento durante una conversación le preguntó al cliente por qué había solicitado los servicios de esta empresa para hacer el trabajo, el cliente le contestó que porque le gustaban y estaba de acuerdo con sus valores.
Esta misma persona contaba que cuando, años más tarde, se reunió con sus otros tres socios para poner en marcha su empresa, dejaron bien claros cuales iban a ser los valores de la empresa y se comprometieron a respetar esos principios.
No cabe duda de que los valores económicos de las empresas son importantes, pero esos otros valores son los que se transmiten al exterior, es esa manera de hacer las cosas, es algo que nos identifica y que nos puede distinguir de nuestros competidores y también es lo que los trabajadores respiran y deben respetar.
En algunos casos puede ser la calidad de las materias primas que utilizamos, o nuestros productos y servicios, también puede ser la atención al cliente, el servicio post-venta, el crear un clima de trabajo agradable, etc.
Cada empresa debe de plantearse y definir los valores que quiere tener y transmitir. Debe hacerlos suyos y traspasarlos a toda la organización para que toda ella los asuma y los muestre al exterior, a clientes, a proveedores, a colaboradores, a inversores. También es labor de toda la organización respetarlos y conservarlos, es importante que aunque vengan momentos adversos nos mantengamos fieles a ellos, son nuestra seña de identidad.
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