¿Y si bajamos el IVA a la mitad para acabar con la economía sumergida?
Uno de los argumentos que se suelen utilizar cuando se habla de economía sumergida y cómo tratar de reducir el porcentaje que supone sobre la economía real es que un IVA del 21% hace que en muchos sectores sea el propio cliente el que demanda no tener factura y no pagar dicho impuesto. El razonamiento es que con un IVA más bajo se reduciría dicho ahorro y sería menos interesante no pedir factura. Pero es cierto que ¿bajar el IVA a la mitad ayuda a acabar con la economía sumergida?
Lo cierto es que no ocurre en todos los sectores, sino solo en aquellos en los que no pagar el IVA supondría un beneficio para el cliente. Ponemos dos ejemplos, peluquerías y obras domésticas. Si necesito ir a la peluquería, que pagan un 21% y pago en efectivo no es habitual que solicite la factura. Si este establecimiento no quiere contabilizar este servicio y entrar este dinero en la caja B, no importa si el IVA está al 10 o al 21%, el cliente no va a notar el cambio.
El cliente se ahorra el IVA
No es que el comercio no tribute por los ingresos, es que además se queda con el IVA que si ha pagado el cliente, puesto que ejerce como recaudador de este impuesto. Si por el contrario necesitamos hacer una pequeña reforma en casa y llamamos a un profesional, nos presenta un presupuesto de 1.000 euros, IVA incluido, pero acordamos que no nos haga factura y nos ahorramos el IVA, pagando 800 euros, aquí si sería efectivo un tipo de IVA más bajo.
Lo mismo podríamos decir de otro tipo de profesionales, desde un masajista a un dentista pasando por un abogado. La economía sumergida afecta a todos los sectores. ¿Dónde es más complicado encontrar fraude? En aquellos donde queremos tener una garantía y para eso necesitamos factura.
Porque además rebajar al 10% no es la solución si nos fijamos en un sector como el de la hostelería, que está en el punto de mira de Hacienda al ser uno donde año tras año se detecta más fraude. El IVA que soportan es del 10% y sin embargo en muchos casos el nivel de economía sumergida es muy alto.
Mejor que pagar un 10% es no pagar nada
A esto hay que sumarle el efecto crisis, que no es despreciable. Hacienda contrasta los ingresos de las empresas con otras de similares características de la zona, pero también con lo que facturaron el año anterior. Hoy todas estas referencias no tienen valor, se ha roto la escala. Por lo que muchos aprovecharán para tratar de aumentar el porcentaje de su facturación que no se contabiliza oficialmente.
Estoy convencido que es un problema cultural. Nadie quiere pagar impuestos. Pero es que además no se ve como algo malo que alguien defraude. Solo en el caso de competencia desleal manifiesta, lo que no pagan nada porque no facturan, nos quejamos.
Siempre tenemos una excusa, los políticos malgastan nuestro dinero, chiringuitos, nos roban a manos llenas, ponga usted aquí lo que quiera, para justificarnos que no estamos ingresando el IVA. Al fin y al cabo quien más y quien menos intenta pagar lo menos posible en sus impuestos, seas empresa o trabajador.
La realidad es que lo más probable es que se intente acercar el esfuerzo fiscal al que realiza la media de Europa, en concreto al que tienen las ocho economías más importantes de la UE. Al menos es lo que se vaticina con el plan España 2050. Europa lleva mucho tiempo intentando que sean muchos menos los sectores que pagan IVA reducido y ahora tienen un argumento, deuda y crédito, para exigirlo.
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