Hoy en día el pago con tarjeta está más que implantado en los pequeños comercios. El efectivo sigue siendo muy utilizado, sobre todo en los negocios que tienen pagos de menos de 20 euros, pero incluso en este segmento se tiende a pagar cada vez más con tarjeta. Es el reto de las pymes ante la bancarización de la economía.
Porque por un lado manejar menos efectivo supone menos riesgos, menos posibilidades de tener descuadres en caja, de sufrir un robo al tener menos cantidad. Pero a la vez un mayor control de los ingresos de nuestros negocio y más comisiones a pagar a los bancos.
La implantación de datáfonos que permiten el pago sin contacto, y con ello el pago desde teléfono móviles, hace que en muchos casos los clientes prefieran este método de pago al efectivo, que en muchas ocasiones ni siquiera llevan. Esta forma de pago, que hace dos o tres años parecía una rareza ahora está plenamente implantada.
Si a esto le unimos la posibilidad de ofrecen muchos negocios en zonas turísticas a los clientes extranjeros de pagar en su moneda de origen, con un sistema de conversión dinámica, que facilita al cliente saber cuánto ha gastado en el momento. Para zonas donde la llegada de cruceros es habitual es una necesidad casi imperiosa.
Incluso el pago de propinas, habituales en locales de hostelería, se realiza en muchos casos con tarjeta. Esto es un problema para muchos locales, ya que acaban por inflar la facturación en visa de una forma que no es real porque un 5 o 10% son propinas, que corresponden al personal, no al negocio.
El punto negativo para las pymes son las comisiones que les cobran sus entidades bancarias. Aquí hay un poco de todo, desde algunas a las que directamente les cobran comisión por operación a otras que contratan una tarifa plana por lo que van pagando en función de la facturación anual.
Cada vez son menos las empresas que tienen en el efectivo su única forma de pago. La pérdida de clientes hace que en muchos casos se busquen soluciones para poder pagar con tarjeta desde un helado a una botella de agua fresca. Y esto hasta que se apruebe definitivamente la Ley de Servicios de Pago que obligará a aceptar pagos con tarjeta a todos los comercios siempre que superen los 30 euros.
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