El grupo profesional es un concepto que se refleja en el contrato de trabajo y que muchas veces causa confusión, porque suele identificarse con el nivel de estudios del que se tiene una titulación. Pero no es así.
Un titulado universitario que desempeñe una labor de auxiliar administrativo, no se encuadrará en un grupo de Ingenieros y Licenciados, sino en uno de Oficiales Administrativos, puesto que su titulación no se corresponde con la labor que realiza en la empresa. Su puesto de trabajo no demanda una preparación superior, por lo que tenerla no supone ninguna ventaja para el que lo contrata.
El encuadramiento de los grupos profesionales se regula en los Convenios Colectivos o por acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores. Desde la Reforma Laboral, el sistema de clasificación profesional se basa en el grupo profesional, dejando a un lado la categoría. La diferencia entre ambos es que el grupo es un concepto más amplio, puesto tiene en cuenta la aptitud profesional, la titulación y el contenido general del puesto de trabajo e incluye, a su vez, distintas tareas, funciones, especialidades y responsabilidades.
La categoría tan solo hace referencia a la aptitud y la capacitación personal del trabajador. Es un concepto más rígido, que asigna al trabajador una labor determinada. El grupo, sin embargo, permite la movilidad funcional, reajustando el puesto a las necesidades de la empresa y a la estructura organizativa que se requiera en cada momento.
Cada grupo incluye diferentes subgrupos, dependiendo del mayor o menor grado de responsabilidad del puesto de trabajo y de los distintos perfiles profesionales que engloba. La retribución se realiza en base a la asignación del trabajador en uno u otro, pudiendo valorarse adicionalmente otros conceptos como la competitividad y la productividad en el desempeño del puesto.
Los mecanismos de flexibilidad interna tienen como objetivo evitar despidos. En muchas ocasiones, la eliminación de un puesto de trabajo que ya no se necesita no se traducirá en destrucción de empleo si es posible reubicar al trabajador en otra tarea donde sí puede ser necesario. El problema está en analizar si para el contratado también supone una ventaja.
En Pymes y Autónomos |La nueva reforma laboral: la negociación colectiva Imagen | Germán Tenorio