Hace muy poco en esta tribuna he escrito sobre el despido y las estrategias para lograr ganar en caso de conflicto, como era mi intención logre despertar el debate pero vistas la mayoría de reacciones he de lamentar que no supe transmitir lo que realmente yo deseaba transmitir, creo que se interpreto como una formula favorable al trabajador cuando yo pretendía mostrar una fórmula, una estrategia ante un despido para el trabajador y un antídoto para el empresario, exponiéndolo como profesional imparcial.
Y es precisamente porque creo que ese “antídoto” no lo supe expresar claramente y a sabiendas de que probablemente este articulo volverá a generar controversia, pero ahora probablemente levantando ampollas al revés que en el otro artículo, ahora entre la clase trabajadora que aquí vera como propongo estrategias que ellos consideraran contrarias a sus intereses, pues propongo el antídoto a la propia estrategia que recete anteriormente.
Primero, decir que en estos artículos no pretendo mostrar ni explicar leyes ni recursos concretos, es decir doy por supuesto que el lector ya se conoce la legislación laboral, sabe lo que son los mecanismos de conciliación, juzgados y demás, eso es al uso, hay documentación a mansalva y creo que no tiene mayor interés que saberlo utilizar, yo el interés lo encuentro en exponer estrategias para ganar.
Hemos de partir de la base de que evidentemente un mal acuerdo es mejor que cualquier litigio y que siempre se ha de actuar dentro de la legalidad, pero desde la legalidad como ya dije desde el otro artículo se trata de ganar, de ganar por medio de todos los recursos a nuestro alcance.
Y en este caso concreto y ante el supuesto de que somos empresarios o autónomos y hemos tenido que despedir a alguno de nuestros empleados y si el despedido como yo mismo proponía en el otro artículo se rebela ejerciendo la presión estratégica que comente, es decir la presión de la negativa rotunda a la negociación y casi la amenaza contra nosotros de demandarnos por X cosas la recomendación es no quedarse atrás.
Habitualmente quien más chilla es quien menos hace y quien más bravuconea es quien más miedo tiene e incapaz es de reaccionar, por eso ante los gritos y amenazas, silencio, y una invitación clara y firme a que haga lo que dice, por el contrario si vemos que es una persona culta, preparada y que realmente podría hacernos daño puede que sea mejor negociar, sino que vaya al juzgado, si sabe y puede.
Otra de las bazas que hemos de jugar a nuestro favor y aunque muchos la consideraran anti ética pero repito que mi función como profesional es ganar dentro de la legalidad pero ganar, es la baza de que en principio el trabajador es el eslabón más débil y que depende de nuestro finiquito, muchas veces aunque suene cruel incluso para comer, por ello una propuesta de mínimos siempre la tendera mas a aceptar que una larga batalla legal.
Y para finalizar y siguiendo con esa línea argumental que he mencionado en el anterior párrafo ante las peticiones, firmeza, ante los sentimientos, profesionalidad, y ante las advertencias de acudir a los tribunales como he dicho antes una invitación a hacerlo, con una advertencia que acompañe a la invitación en la que advirtamos que igual gana, pero que si pierde lo perderá todo o como mínimo que lo alargaremos lo máximo posible, pues si perdemos le felicitaremos pero no se lo pondremos fácil, no nos dejaremos ganar fácilmente.
En Pymes y Autónomos | Empleados que quieren forzar el despido
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