Muchas empresas permiten que todos los empleados participen en mayor o menor medida en la toma de decisiones. Al menos se escuchan sus propuestas, que luego se tendrán en cuenta o no en función de diferentes parámetros. Pero no siempre estas opiniones tienen una buena acogida. Es necesario saber cuándo es el momento para hacer una crítica constructiva en la empresa.
El peor momento posible es cuando estamos en plena discusión, o intercambio de opiniones sobre un proyecto, cuando algo no ha salido tal y como estaba planificado, etc. Una aportación en un mal momento pasará a ser prácticamente descartada o se entenderá como un ataque a la persona que tomó las decisiones en el pasado.
Sin embargo, en pleno proceso de puesta en marcha se suele valorar positivamente dicha opinión. Es importante que las críticas siempre vayan dirigidas hacia un hecho, no hacia la persona que realiza el trabajo o decidió sobre el mismo. Además mejor utilizar un "nosotros" que un "tu", se tiene que reforzar la sensación de equipo, de empresa.
Hay que buscar el lado positivo de la propuesta que estamos realizando, venderla dentro de nuestra organización, con los beneficios que tendría para nosotros en el futuro. Además hay que dejar madurar la idea, muchas veces no se acepta en el primer momento y se entra en una fase de estudio o valoración que puede durar un tiempo antes de aprobarlo o descartarlo.
Es importante mostrase también abierto a la opinión de los demás. No se trata de hacer una propuesta y mostrarse inflexible, sino todo lo contrario. Hay que empatizar con otros departamentos de la empresa y ponerse en su lugar. Tal vez lo que es bueno para nosotros no lo es tanto para contabilidad, comercial, etc.
En Pymes y Autónomos | Actitudes tóxicas para el éxito
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