La lógica tradicional de la empresa hace que en su operativa las decisiones estratégias más relevantes recaigan en las personas de mayor responsabilidad.
En definitiva, las decisiones dependen de una persona o unas pocas personas que son quienes, basándose en su juicio, deciden qué hacer y hacia donde dirigir los pasos de la organización.
Sin embargo, estas decisiones se suelen adoptar en base a los sesgos inherentes de las personas, en ocasiones, desinformación o información erronea, y otros tipos de ruidos que pueden perturban el proceso de toma de decisiones.
Para mitigar gran parte de ese ruido, las empresas deben plantear la opción de permitir participar a la organización, mediante voto, en sus estrategias de toma de decisiones.
De este modo, con la votación integra la experiencia, los conocimientos y las perspectivas de muchas personas.
Estas opiniones ** ueden ayudar a formar un marco más completo de referencia**, y pueden mejorar enormemente las posibilidades de que una decisión estratégica que conduzca al éxito.
En ningún caso, esto quiere significar que los métodos tradicionales de trabajo y toma de decisiones estén obsoletas, sino que existen alternativas para que el proceso de toma de decisines sea más abierto y participativo y, por tanto, vincule más a las personas en los objetivos estratégios de la organización.
Imagen|Olga Berrios En Pymes y Autónomos | Organizaciones adhocráticas