Del fracaso no siempre se aprende

Del fracaso no siempre se aprende
1 comentario
HOY SE HABLA DE

¿Cuántas veces han oído hablar de la importancia del fracaso, de la necesidad de fallar para volver a empezar, de la casi obligación de pasar por un tropiezo para aprender de los errores? Seguro que muchas. No hay duda, el ‘amor’ público que algunos profesan a esta palabra les lleva a dar por hecho que todo el mundo está predispuesto a ver ese proceso como un aprendizaje. Algo que niego rotundamente.

No, no siempre se aprende del fracaso. Es cierto que, en muchos casos, el errar en una aventura empresarial suele hacer recapacitar sobre cuáles fueron las razones. Sin embargo, no todo el mundo está dispuesto a reconocer los errores. No todos los empresarios quieren entonar el ‘mea culpa’ ante un mal diseño del negocio o ante un pésimo lanzamiento de producto.

El fracaso no conlleva, casi por obligación, un análisis correcto de los planteamientos, de los pasos dados hasta llegar al resultado final. En absoluto. Por supuesto, que cualquier empresario se parará a reflexionar sobre por qué arriesgó todo a una sola carta o por qué no reaccionó ante las señales que le mandaba un mercado que rechazaba su producto. Y aquí entra en juego algo básico: la humildad.

El aprendizaje tiene una estrecha relación con la humildad, con la actitud con la que uno afronta ese análisis de los errores. Uno puede pensar que todo lo hizo bien y volver a lanzar un producto de espaldas al mercado, pensar que no hubo problema alguno en su planteamiento y diseñar una estrategia en redes sociales absolutamente equivocada por segunda vez.

Al margen de ese extraño caso del ‘amor’ al fracaso, del que hemos hablado en alguna ocasión en estas líneas, sí quiero decir que aprender de los errores, de las caídas no es algo intrínseco, sino que está muy relacionado con la actitud. Del fracaso se aprende, si se está dispuesto a aprender.

En Pymes y Autónomos | El extraño fenómeno del amor al fracaso empresarial, La cultura del fracaso, El fracaso empresarial, primer paso hacia el éxito Imagen | Mario Inoportuno

Temas
Comentarios cerrados
    • Desde luego que lo que comentas es cierto. Si tenemos un fracaso hemos de buscar la razón e interiorizarla. Pero yo creo que el problema del fracaso en España tiene otros dos factores que no lo convierten en algo enriquecedor.

      En España somos unos cainitas y cuando vemos caer a alguien nos gusta refocilarnos y hacer comentarios del orden de "ya sabía yo que no iba a llegar a nada". Esto no ayuda en nada a que un negocio que cae sea el trampolín de otro.

      Las circunstancias económico-financieras en España son y han sida todo lo contrario a intentar superar los fracasos. Es muy habitual que alguien que con toda la ilusión y el esfuerzo ha puesto en pie una idea empresarial, tras llegar al punto de ver que no es viable, se ha quedado con unas deudas que le han comprometido el resto de su vida, a él y a algún familiar. Todos sabemos que cuando pedimos dinero a los bancos nos atamos a ellos con tanta fuerza que los sentimos en el cogote cuando estamos trabajando, parece que están sentados en el convite de nuestra boda, en el bautizo de tus hijos, en el entierro de tus padres. A cualquier resbalón, ahí están para darte la puntilla.

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información