Estos son los problemas de tener una plantilla de trabajadores con alta rotación
Hay empresas que por diversos motivos tienen una alta rotación de empleados constantemente en sus plantillas. Esto supone diversos problemas que el negocio tiene que asumir y saber afrontar para intentar que afecte en la menor medida posible a su día a día. Vamos a ver algunos de estos problemas generados por una alta rotación de trabajadores en nuestra plantilla.
Da igual uno que otro, siempre hay alguien para cubrir la vacante
Para empezar solo es sostenible este modelo si no tenemos problemas para contratar personal. Es decir, cubrimos una vacante donde hay mucha demanda de empleo. Es fácil encontrar personal, por lo tanto no suelen ofrecerse salarios especialmente competitivos.
A su vez por lo general el modelo solo es sostenible si tiene una baja curva de aprendizaje hasta que el empleado es 100% productivo. El nuevo trabajador tiene que ser autónomo desde el primer momento o a los pocos días de comenzar ya no necesita apoyo.
Si este periodo se prolongara y necesitara un tutor, es complicado que con una alta rotación los que ejercen dicha tutoría al final no acaben también hastiados y acaben por buscar otro empleo. Igualmente genera una sensación de tener siempre a parte del personal en formación constante.
Del talento o el compromiso del empleado ya si eso hablamos otro día
Del talento o el compromiso del empleado ya si eso hablamos otro día
Hay que tener en cuenta que los empleados que se marchan suelen ser los que tienen más posibilidades de encontrar otro puesto de trabajo con mejores condiciones. Es decir, al final los que se quedan en la plantilla son los que tienen menos capacidad o un índice de empleabilidad más bajo.
Los costes laborales suelen ser más altos, dado que el empleado que llega tiene que pasar su pertinente revisión médica, hay que gestionarle el alta del contrato, etc. Igualmente cuando un empleado nos comunica el cese, en muchos casos tienen vacaciones pendientes que hay que abonar o tienen que disfrutar.
La organización de los horarios se convierte en un caos
Esto genera que haya que estar reajustando turnos constantemente, en algunos casos, otros empleados dejan de tener días libres para cubrir este puesto o en el peor no llega a cubrirse el turno, por lo que todos trabajan más.
Todo esto va provocando una espiral creciente que hace que sea muy complicado revertir esta situación. Se tiende a pensar que el empleado es fácilmente sustituible, no se valora su compromiso ni su profesionalidad y mañana pueda haber otro haciendo lo mismo, pero quizás no de la misma manera. O se cambia esta mentalidad o a largo plazo la empresa acaba por tener un problema.
Porque se genera más estrés laboral, mal ambiente entre los empleados, que no tienen la tranquilidad y estabilidad necesaria como para desarrollar su trabajo de forma eficaz. Por supuesto cumplen con lo justo, ni hablar de comprometerse con la empresa o, si vienen malos tiempos, arrimar el hombro.