Tanto si formamos parte de un equipo de trabajo como si llevamos a cabo una aventura empresarial a solas, tener una buena autoestima es importante porque refleja que nos respetamos.
Según Malcom Forbes: Muchas personas sobrevaloran lo que no son e infravaloran lo que son. No hay nada peor que convertirnos en nuestro peor enemigo. Lo que pensamos sobre nosotros condiciona nuestra vida personal y la profesional. Y en ambas las decisiones erróneas pueden ser graves y repercutir de manera negativa en los otros.
A veces, estamos obsesionados con el triunfo. Con ser los mejores y caemos en la trampa de compararnos con los demás tanto para bien como para mal.
Malgastar tiempo en buscar la felicidad o la perfección en los lugares equivocados sólo nos convertirá en adictos emocionales. Somos únicos. No necesitamos ser una copia del mejor empresario. Confiar en nosotros es nuestra mejor inversión.
Una persona insegura o que se tiene en alta estima será para empezar una persona con problemas, un empleado problemático y un nefasto jefe.
Si nos tratáramos con el mismo respeto y benevolencia con el que tratamos a las personas que más queremos, tendríamos mucho ganado. Concentrarse en los errores, ser duro, drástico o estricto con nosotros sólo conllevará sufrimiento y límites para crecer a nivel profesional.
No se trata de ser el mejor vendedor, el mejor empleado, sino simplemente en intentarlo pero la manera más honesta y tranquila, disfrutando mientras se lleva a cabo, tal y como asegura el psicólogo Walter Riso.
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