La fatiga mental es el enemigo número uno de quien está al frente de un negocio. Las vacaciones no siempre sirven para descansar como es debido. Hay un cierto interés en que debemos irnos a la Patagonia para poder ser más felices y volver a nuestros hogares con el chip cambiado.
Sin embargo, sin movernos de nuestra ciudad muchas actividades que podemos hacer incluso a diario, resultan de gran ayuda para despejar nuestra mente, descansar y despertar nuestra curiosidad. Que no en vano es lo que nos mantiene vivos y alimenta la ilusión, la conexión y la autoestima. Tan importantes en el ámbito personal y profesional.
Alimentar la inquietud
Ver lo extraordinario en lo aparentemente normal y corriente es una característica de las mentes inquietas y abiertas. Si buscamos ejercitar la nuestra con pensamientos creativos debemos seguir unas pautas sencillas pero que conllevan un pequeño esfuerzo.
La terapeuta Miriam Subirana comenta:
¿Y todo esto sirve para mejorar en mi trabajo?
Sí. Una de las formas de de ganar amplitud de miras es tener amigos de diferentes edades, conversar con personas de otras religiones o culturas, mezclarse con individuos de otras clases sociales, viajar y se puede hacer incluso a través de documentales.
Para conocer a nuestro público, a nuestros clientes, no podemos relacionarnos siempre con personas de nuestra edad y con nuestros gustos.
La naturaleza y sus beneficios
La naturaleza nos permite parar la actividad mental y descansar. Escapar un domingo al campo nos conecta con nuestro interior y lo mejor: tranquiliza la mente. Y cuando estamos tranquilos es más fácil dejar volar la imaginación o resolver un problema.
Experimentar
El refrán dice:
"Cuando el conocimiento crece, la oportunidad aparece". Qué mejor forma de alimentar nuestra sed de aprendizaje que acudiendo a exposiciones, clases de baile, o cualquier actividad que no se parezca en nada a lo que hacemos de manera habitual.
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