Muchas empresas cuidan su imagen hasta el último detalle. Su presencia en las redes sociales, su reputación en Internet, las relaciones públicas tradicionales, etc. Sin embargo muchas veces dejan un cabo suelto, que no es otro que su propio personal. A veces se conoce mejor una empresa por sus empleados, descontentos o no, que también son parte de la imagen de la misma que se llevan los clientes.
Sobre todo en el caso de los empleados descontentos es más perceptible el malestar que puede surgir en un momento concreto. No se trata ya de mejorar las condiciones de trabajo, sino más bien de su papel dentro de la organización, cómo los valora la empresa, qué capacidad de decisión tienen, etc.
En muchos casos es el cliente final el que acaba pagando sus frustraciones, unos horarios extensos e inacabables, falta de descanso que puede derivar en problemas de concentración que nos lleven a cometer fallos o a tener determinados olvidos. Esto en el mejor de los casos, ya que cuando un empleado no está contento en una empresa se suele notar de lejos.
Esto por no hablar de un alto índice de rotación, donde el cliente percibe que cada poco tiempo tiene que tratar con una persona distinta. Esto no tiene nada de malo excepto que en muchos casos no se ha documentado adecuadamente que se ha hecho con el cliente, lo que lleva en casos extremos a que la pérdida de un trabajador implica perder parte del trabajo realizado por el mismo.
Esta es la cara externa que se deja ver, porque internamente se traduce en otros problemas que tienen que ver con la falta de comunicación, de valoración de los empleados, desorganización, etc. algo que hace que nuestra empresa pierda puntos a la hora de realizar un trabajo o se gane una fama de empresa donde los trabajadores no están contentos que luego sea complicado de revertir.
Y esto afecta tanto a las grandes empresas como a las más pequeñas. No importa si se ubican en una gran ciudad o en una medina, donde todos en el sector se conocen. Lo cierto es que al final se compite con otras empresas similares, y la fama que arrastra una empresa muchas veces es la que han dejado sus trabajadores en diferentes clientes.
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