Pesadilla en la cocina de La Mansión de Navalcarnero

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Tercera entrega de Pesadilla en la cocina de esta nueva temporada. En esta ocasión Chicote y su equipo se desplazan al suroeste de la Comunidad de Madrid, para asistir a la pesadilla en la cocina de La Mansión de Navalcarnero.

La Mansión de Navalcarnero es un proyecto de José Luis, que inicialmente tenía con otra socio(¿o era socia?), y en el que ha implicado financieramente a su anciana madre (es decir, que la ha puesto como avalista9. El cocinero es un fotógrafo que no siente pasión por la cocina y que está de chico para todo en el hotel, hay un camarero que lo que realmente es o quiere ser un actor, una camarera que podría ser aprovechable, y una ¿ayudante? de cocina que deambula delante de las cámaras sin que nadie le preste la mínima atención.

El híbrido restaurante-hotel

Si viajais con frecuencia, o si os gusta la buena mesa, os habréis encontrado con que en los últimos años son numerosos los restaurantes que ha incorporado a su oferta un pequeño hotel, una posada. ¿Por qué? Podemos encontrar varias razones:

  • Se incrementa la factura del cliente, y se intenta ganar márgen al mismo (aunque muchos no lo crean, especialmente en la alta cocina ese suele ser un problema).
  • Se diversifica el negocio.
  • Se ofrece una solución para aquellos que no quieran coger el coche y así poder disfrutar de la cena sin limitarse en el tema del alcohol, o el horario, o...
  • Se saca partido al resto del inmueble que puede estar ocupando el negocio.
  • Se refuerzan lazos emocionales con los clientes, ofreciéndoles una experiencia que va más allá de la gastronómica.

Esta tendencia se da tanto en establecimientos de nivel como en otros más modestos. Pero en el caso de la propuesta de La mansión me temo que la veta de negocio que quiere explorar José Luis es otra, la de los llamados love hotels, hoteles para parejas (quizás marcado por su paso como azafato) por Lo que necesitas es amor. Chicote se da cuenta a la primera al ver de que van los 100.000 euros invertidos en las cabañas anexas al hotel: el picadero de Navalcarnero.

A mi los love hotels me parecen un negocio estupendo, lo sucesores de los antiguos meubles. Pero es evidente que éste de José Luis tiene un problema:

  • Un love hotel es un love hotel.Un negocio de este tipo, como otros vinculados con el sexo, pero en su caso retribuido, marcan el carácter del establecimiento. cercenan cualquier otra posibilidad seria de negocio. Es imposible que el restaurante se sobreponga a la fama de picadero. Y a la gente no le gusta que le asocien con dicha imagen, viéndole entrar en el establecimiento.
  • Los love hotels funcionan con tres premisas fundamentales: glamour y limpieza absolutos (cosa de la que carece por lo visto en el programa y en las referencias de las webs), y sobre todo discreción. Están en lugares apartados, y se intenta minimizar los contactos con el exterior, el personal y los otros huéspedes. La Mansiónm carece de todos estos requerimientos. Un ejemplo de lo que hablo está en la misma comunidad de Madrid.

la esencia del problema es que José Luis no tiene ni idea, ni de cocina, ni de hoteles, ni de nada. Me temo que muchos confunden la experiencia que tienen como clientes de restaurantes o de hoteles con la necesaria para gestionar negocios muy duros. y es que han de ser así de duros para darnos grandes momentos de placer, y eso es algo que José Luis no entiende.

De referencias y responsabilidades

Chicote arranca el programa con las críticas que recibe el establecimiento en la web. Os invito a que veáis las mismas y os quedéis temblando. hay que ponerse en la situación de alguien que viene de fuera, que no conoce el lugar, y que se encuentra vendido en mitad de la noche en manos de estos profesionales.

Suelen escucharse quejas de propietarios de restaurantes y hoteles contra los comentarios en las webs: venganzas de clientes "especiales", chantajes para reducir precios a cambio de no soltar malas críticas, campañas de la competencia, etc. Sinceramente, en el 2013, creo que somos muchos los que hacemos uso de las mismas para tomar decisiones, y sabemos valorar la credibilidad de aquellos que los emiten, tanto en sistemas como los descritos, como en los blogs. Más que quejarse de las mismas, debieran ponerse las pilas con protocolos para rastrearles permanentemente, responder adecuadamente en público y privado, tomar las medidas correctoras oportunas, etc...

Y aquí quiero enlazar con algo que me parece grave. Me refiero a ese tipo de empresas que han proliferado que te venden un paquete turístico en forma de caja, vale, cupón, o lo que sea. estas empresas que venden relax, ocio, y demás, ¿no se supone que deben examinar la calidad de los establecimientos que comercializan?, ¿hasta donde llega su responsabilidad? Se supone que son profesionales de la distribución, de la comercialización, por lo que si antes demandábamos una actuación concreta de los gestores de los establecimientos, de estos más aún. Pero por lo visto sólo están para facturar. Quiero creer que la imposibilidad de efectuar reservas en otras webs es debido a que se lo toman más en serio.

Reformas y avales

Me da vergüenza insistir en un tema tan obvio, pero el asunto de las reformas es de manual: toda reforma debe tener un presupuesto, y debemos contratarla con las máximas garantías para que este no se desvie. Pero para ello, además de las precauciones que tomemos como los precios cerrados, las retenciones porcentuales sobre el calendario de pagos hasta la satisfacción total de la obra, los avales de los contratistas, etc, hay dos aspectos fundamentales:

  • Autodisciplina, mucho cuidado con esos contratistas que nos van a tentar con mejoras que van a suponer un encarecimiento final de la obra, con la excusa de aprovechar la ejecución para abordar aspectos o calidades que no estaban previstas.
  • Vigilancia extrema, hay que estar en la obra todos los días,ser un pesado, echar el aliento en el cogote y tener los ojos muy abiertos, para controlar calidades y tiempos, que nos ahorraran mucho dinero hoy y mañana. Si en su negocio apenas gestiona, adivinad lo que hizo en la reforma.

Dice José Luis que la obra se le disparó, que se le duplicó el presupuesto (ni que fuese un político). Y para solventarlo metió a la madre como avalista, hipotecando la casa de la misma. Sobre esto varios comentarios:

  • En ocasiones a los hijos hay que decirles que no, frente a la teoría de la madre de que no se les puede negar nada. Las negativas ayudan a crecer, a madurar.
  • Una vez se avala, la persona que se ha visto comprometida tiene todo el derecho a ser informado y a opinar sobre la marcha del negocio, cosa que parece que se le ha negado a la madre. Si necesitas la ayuda financiera de tu madre, te toca tragar después. No vale quede el dinero y no lo que ello conlleva.
  • El momento dedicado a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca me ha parecido insulso y populista, incluso siendo ellos como son (hay un tremendo lío con la naturaleza del préstamo y los aváles). No aportan nada, no dicen nada. Es que ni siquiera cuelan su mensaje habitual de responsabilidad de los bancos ante la evidencia de que este marrón lo ha generado un hijo irresponsable y una madre consentidora. Eso si, el día de mañana se encadenaran a la puerta de la casa para evitar que el banco cobre, aunque sea en ladrillos, el dinero que han dilapidado. País.

Miscelánea

Como ya me he extendido en exceso en los dos primero puntos, acabo con una mixtura (me ha quedado muy gastronómico) de momentos, de impresiones del programa:

  • Lo del aceite en las cocinas de los restaurante es un problema sanitario grave. Algún día nos llevaremos las manos a la cabeza, y es vergonzoso que pase en un país que consume de cultura del aceite (lo que resulta mentira, salvando determinadas minorías).
  • Es evidente que al cocinero su profesión no le gusta, pero lo del camarero bufón es mucho peor. ¿Hay 100.000 euros para los picaderos, pero no para mejorar dicho equipo?
  • ¿Qué tipo de negocio no tiene previsto un plan B por si alguien se pone enfermo?, ¿no hay gente polivalente?, ¿que clase de broma es la Manuel hombre orquesta? Falta método y organización.
  • Una camarera profesional no puede trasladar el mal rollo que vive a las mesas. Te lo tienes que comer. A los clientes no les interesa tu vida.

Entre nosotros, es evidente que Chicote se quita a La Mansión de en medio de mala manera, con un final mal resuelto. ¿De verdad alguien cree que esto tiene futuro?

Más información | La Mansión de Navalcarnero En Pymes y Autónomos | Pesadilla en la cocina de El Galeón, Guadalajara

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