Las prisas del día a día, la presión de los objetivos y hasta la misma rutina, muchas veces nos impiden cuestionarnos el modo en el que realizamos algunas gestiones. Esta situación que es mucho más frecuente de lo que puede parecer a priori nos puede conducir a arrastrar algunos errores en el tiempo a la par que mostrarnos reacios a la introducción de cambios y a la realización de mejoras en los procesos ya implementados.
Estas deficiencias, que difícilmente se aprecian por los miembros de un equipo que lleva funcionando desde tiempo atrás, dan mucho que pensar a las nuevas personas que se vayan asociando al proyecto, que tal vez por su visión más fresca s cuestionan con mayor facilidad el por qué de las cosas.
A este respecto, una de las acciones más 'peligrosas' que podemos utilizar por respuesta a la hora de responder a estos planes de mejora son las del tipo: 'esto es así porque lo hacemos desde siempre', 'siempre ha parecido bien que lo hagamos así', etcétera. Unas expresiones que además de mostrar una inseguridad tremenda, cuestiona nuestra profesionalidad.
Por todo ello, lo más recomendable es mantener siempre una actitud crítica, que nos lleve a replantearnos cada cierto tiempo la manera de realizar las distintas tareas por elementales que parezcan, sin olvidar ni un solo instante que cualquier obra humana es susceptible de ser mejorada.
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