El alza de las temperaturas que estamos experimentando desde hacer algunos días denota que en la próxima semana entraremos en la época estival, abriendo el período de vacaciones estivales en la empresa.
Cuando nos disponemos a pensar en nuestras vacaciones, todos tendemos a pensar de manera individual cuáles son las mejores fechas en base a nuestras preferencias, la de nuestra pareja, amigos o las de la unidad familiar. Dando lugar a ciertos conflictos que pueden originarse por la coincidencia con otros compañeros, y que pueden suponer una restricción al no poder dejar 'desierto' nuestro puesto de trabajo.
Para limitar los problemas asociados a esta situación una herramienta que suele ser eficaz es el cuadro de vacaciones, es decir, un registro compartido en el que los miembros de un equipo se ponen de acuerdo para el disfrute de sus vacaciones, contando siempre con el beneplácito del responsable y/o la organización.
Y para conseguir que su resultado sea óptimo tenemos que tener en cuenta algunas pautas, como por ejemplo, unas reglas claras, equitativas, y que preserve las necesidades del servicio en la organización. Que busque equilibrios en lugar de crispaciones, y que sirva como herramienta de gestión de personas y no como motivo para la discusión.
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