Existen ciertas partidas de gastos a las que todos acudimos como borregos: Los gastos financieros. Muchas veces perdemos la consciencia que somos "clientes" de otra empresa, cuya actividad es captar dinero y prestar dinero, y que nosotros somos sus clientes, es decir su activo más importante.
La mayoria de empresas trabajan con un par de entidades financieras; las suyas de siempre, las de toda la vida, y bien sea para obtener financiación o depositar los ahorros o excedentes de tesorería, rara vez preguntamos y comparamos las distintas ofertas financieras.
Nuestro banco o caja de siempre nos lo va a poner más fácil para la concesión de un crédito, o realizar una imposición a plazo, pero al fin y al cabo, todos los bancos quieren"vender sus productos", lo mismo que nosotros en nuestras empresas, por lo que de entrada, no descarteis nunca una sucursal de nueva apertura en vuestra zona geográfica, o directamente solicitar algún producto en la entidad fulanita, que nunca habeis visitado.
De mi experiencia financiera como cliente sigo pensando que nunca analizamos bien la contratación de los productos financieros.
En primer lugar, las operaciones de financiación no se resumen en el tipo de interés. Hay que comparar bien las comisiones que dichas operaciones conllevan, ademas de la hipotética contratación de productos auxiliares. Por ejemplo, cualquier banco nos va a ofrecer un menor tipo de interés que una caja, pero las comisiones que nos van a repercutir en por el mantenimiento de la cuenta corriente, así como las liquidaciones mensuales de la misma, van a provocar mayor coste global de la operación.
Independientemente de nuestra capacidad de negociación con los bancos, también podemos ahorrar con el uso de los productos contratados. Si utilizais descuento comercial, y vuestra entidad os obliga a que sea efecto aceptado, dígase pagarés o letras de cambio, solicitarle a vuestros clientes la emisión de letras de cambio, ya que así el coste del timbre, o actos jurídicos documentados que soporta el descuento comercial, lo va a asumir el cliente directmente al comprar él el efecto.
No obstante, el descuento es uno de los productos financieros con mayor coste, y en multitud de ocasiones puede ser preferible recurrir a financiarse con pólizas de crédito, antes que con descuento de efectos.
Huid siempre de las entidades financieras de crédito. Tienen unas condiciones de finaciación en automóviles, maquinaría, leasings... mucho más caras que el banco con el que trabajeis habitualmente.
Otra solución para abaratar los costes, es repercutir los gastos financieros cuando se realiza una venta con pago aplazado. Si por norma ofreceis un crédito de treinta días, y algún cliente os paga a noventa días, realizarle una factura por el coste financiero que os origina dicha operación.
Como pilar fundamental a tener en cuenta, es no realizar descubiertos en cuenta corriente o demorar el pago de la cuota de un préstamo diez o quince días. Antes que llegar a estas determinaciones, es preferible devolver pagos a proveedores, que realizar un descubierto. Tened en cuenta que las comisiones de descubierto son realmente elevadas, así como los intereses moratorios o excedidos en las cuentas.
Analizad todos vuestros gastos financieros y con un poco de control podreis disminuir lo que pagais a los bancos, aunque el euribor no nos de tregua por ahora.
Imagen | InterarteOnline
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