Son muchos los expertos en economía que defienden a capa y espada este tipo de 'colaboraciones' laborales donde el trabajador no cobra, sino que gana experiencia, mejora su currículum y un largo etcétera de bondades para hacer atractivo algo que no tiene sentido si lo pensamos detenidamente, trabajar gratis es sinónimo de trabajo invisible.
Un ejemplo: los ilustradores. Hace unos días, uno de ellos hacía pública una propuesta de trabajo en la que una editorial de renombre se ponía en contacto con él. Elogiaba su trabajo pero le advertían que en esta propuesta laboral no iba a cobrar. Eso sí, la fecha de entrega aparecía subrayada y en negrita. El ilustrador se negó.
¿Por qué no se ha de trabajar gratis?
Trabajar sin cobrar durante un breve período
Si buscas experiencia entre los grandes, trabajar durante unos meses para obtener un beneficio futuro puede resultar lógico. Dependerá de tu profesión y del tiempo que estés dispuesto a pagar por trabajar.
Existen muchos ejemplos de gurús, expertos en esta u otra materia que en sus discursos nos cuentan lo duros que fueron los inicios, y que ofrecieron conferencias, o trabajaron para multinacionales sin cobrar nada, sólo a cambio de aprender.
Esa opción es respetable, pero a costa de buscar experiencia, o de generar esa bendita marca personal, son muchas las empresas que durante meses y quizás años, mantienen talento en sus filas sin que les cueste un euro.
La conclusión es: cada uno es libre de aceptar qué hacer con su tiempo y de creer que no cobrar le va a reportar otros beneficios a largo plazo más importantes, pero por otro lado, esta actitud se está convirtiendo en una oportunidad para que los derechos de los trabajadores sean atropellados.
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Imagen|Erich Ferdinand