Estamos acostumbrados a ver que muchas empresas para vendernos sus productos y servicios recorren a grandes campañas publicitarias, a coloridas y espectaculares puestas en escena, y en muchas ocasiones eso es lo que nos cautivará, en otras, quizá, nos cautivará el valor de la simplicidad.
Soy un enamorado del café, del buen café, pero he de reconocer que de un tiempo a está parte estoy encontrando a otro gran amor, que ya conocía sobradamente pero que tenía un poco descuidado, las infusiones, y una de esas marcas de infusiones es la que me ha hecho descubrir el gusto por presentarme un producto desde la simplicidad.
Mi personalidad tiende a buscar siempre la espectacularidad, las luces y colores y la gran teatralidad publicitaria para interesarme, por contra también despiertan comúnmente mi interés campañas distinguidas, diferenciadoras y que representan a una enseña de calidad, pero pocas veces con la simplicidad llegan a mi corazón, y mucho menos a mi cartera para que las compre, pues existen marcas (y una es esa que comento de las infusiones) que lo han conseguido.
Una presentación elegante pero sobria, pero sobretodo cálida y con detalles que dan un toque de tranquilidad, de bienestar, de calma, son los que han llegado en esta ocasión a mi alma de consumidor. Por supuesto, dependerá del producto, algunos pedirán a gritos ser vendidos de una forma agresiva, en otros la calma y el sosiego será una buena baza para ellos. Pero sea como sea, esto también nos demuestra que existen otras opciones de hacer publicidad que funcionan más allá del impacto, aunque un enamorado del impacto como yo siga diciendo que, ¡bendito impacto!
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