Queremos creer que los datos son un aporte objetivo y crítico para la planificación estratégica y las operaciones.
Pero cualquier dato puede ser sesgado, lo que lleva a los directivos a tomar decisiones de inversión equivocadas y a poner en riesgo la reputación y los puestos de trabajo de una empresa.
Este problema se agrava en los mercados emergentes o en nuevos mercados ya que las organizaciones tienden a utilizar los datos históricos que tenga.
El potencial de los nuevos mercados siempre vienen validados por análisis y estimaciones de analistas que, en ocasiones, pueden sufrir sesgos que desconocemos.
No conviene confiar ciegamente en los datos, aunque provenga de una fuente acreditada. Por eso, conviene asegurarse de que los datos han sido recopilados por fuentes que no tienen interés en disfrazar las cifras con un manto de optimismo.
Si se puede, lo mejor es averigüar si las cifras fueron revisadas por analistas con un conocimiento profundo del mercado. Y siempre cuestionar cualquier motivación potencial detrás de los números.
Imagen | geralt En Pymes y Autónomos | Cómo identificar oportunidades de crecimiento