Normalmente hablamos de las redes sociales como una manera de ganar visibilidad, de fidelizar a los clientes y generar compromiso entre estos y nuestra empresa. Pero las redes sociales también sirven para vender.
Pero tenemos que tener muy claro el objetivo para conseguirlo. Por ejemplo, Facebook nos permite crear una página específica, dentro de nuestra "Fan Page" en la que podemos crear una página de aterrizaje. De esta forma mantenemos en paralelo nuestro muro, con esta página especial para la promoción de un servicio o producto.
De esta forma con nuestra estrategia podemos derivar a determinados clientes a nuestra página de aterrizaje en la red social. De aquí, buscaremos conseguir nuestro objetivo, ya sea la captación de leads, la llegada a nuestra tienda online al producto que va a comprar, etc.
Lo que no se debe hacer es hacer una estrategia confusa, donde mezclamos mensajes de utilidad, con otros para ganar visibilidad y otros para dar a conocer productos, pero que luego no se traducen de una forma práctica en ventas. Siempre tenemos que pensar en sacar un retorno de la inversión para el trabajo realizado.
Hoy por hoy son pocas las empresas que no tienen presencia en las redes sociales. Sin embargo, la mayoría de ellas tienen bastante confusión en la estrategia a seguir. Acaban dedicando mucho más tiempo del que debieran a su gestión y consiguiendo unos resultados mucho más pobres de los que desearían.
Quizás si dedicaran todo este tiempo a crear y optimizar una estrategia de marketing online, uno de los grandes olvidados para las pequeñas empresas, podrían obtener mejores resultados, aunque no esté tan de moda, no vayamos a tener tantos likes como en las redes sociales. Quizás hay que pensar menos en el ego y más en los resultados.
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