No es la primera vez que acabamos en otro establecimiento similar al que buscábamos simplemente porque éste, lo vimos en un cartel en nuestro itinerario habitual. La señalización es el arte de poner el foco en tu negocio.Y no está pasado de moda.
El público objetivo de las pymes está en las calles, paseando, o en sus vehículos. ¿Por qué no facilitar la tarea para que nos encuentren? Los detalles sencillos son los más importantes.
Al igual que la señalética nos sirve como un mapa para no perdernos dentro de una gran superficie, la señalización, algo tan obvio, es una herramienta para que nuestros clientes nos vean ante tanto estímulo visual en las calles. ¿Y si ofrecemos además un extra?
Las vallas siguen en las vías, y la creatividad junto a un mensaje atractivo (oferta, promoción...) cala en el público. Las vallas, ya lo decía Luis Bassat, deben ser como un puñetazo en el ojo, o un grito en la pared.
Nos pasamos horas frente a una pantalla, pero también caminando o en el coche, una valla tiene una gran capacidad para impactar diariamente en el consumidor.
Segmentar geográficamente es otra de sus virtudes. Y sobre todo: su polivalencia, ya que sirven como apoyo de otras campañas llevadas a cabo por la pyme, el mensaje se repite varias veces al día. No hay otro medio que permita dar tantos impactos diarios a un consumidor.
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Imagen|Joan Sorolla