En España muchas empresas dependen de la temporada turística. Esto provoca que muchos de los empleos generados sean precisamente durante esta época estival. En ocasiones como este año, la Semana Santa llega muy tardía, a finales de Abril y muchos negocios de plantean si contratar en Semana Santa y despedir o prolongar contratos para la campaña de verano.
La ventaja de despedir es que nos ahorramos gastos de personal. Nos ahorramos el mes de mayo y posiblemente junio completo con un poco de suerte. Son dos meses que se notan en las cuentas a medida que el número de personas contratadas por temporada aumente. Pero también tiene sus inconvenientes.
Para empezar porque en estos dos meses puede que las personas que trabajaron con nosotros en Semana Santa ya no estén disponibles. Puede que hayan encontrado otra oferta y no estén esperando en su casa a que llamemos a su puerta. Esto nos obliga a buscar gente nueva justo cuando tenemos muy poco espacio de tiempo para darles una mínima formación.
Además habrá menos opciones de encontrar personal cualificado. Especialmente si lo que necesitamos son trabajadores con idiomas para atender a turistas extranjeros. Además será complicado que se comprometan con nuestra empresa, al no ofrecer más que apenas dos meses, no se puede pedir demasiado. A poco que algo no les cuadre posiblemente se marchen.
Y esta es otra de las cuestiones que muchas empresas enfocadas al turismo no valoran. Si toda tu campaña anual depende de dos meses en los que vas a facturar el grueso de tus ingresos, lo ideal es tener un equipo de trabajo bien entrenado, que estén coordinados y lleven un tiempo trabajando juntos.
No es lo mismo contratar a una persona como extra que vendrá a ayudar en momentos puntuales, que a la base que llevará nuestro negocio durante la campaña estival. Por eso muchas empresas apuestan por mantener a los trabajadores en nómina, que vayan cogiendo la experiencia necesaria para llegado el momento de pico de trabajo sepan reaccionar perfectamente.
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