En la vida (y en los proyectos empresariales) no todo se puede (o debe) traducir en dinero puro y duro. Es cierto que éste es una parte fundamental, pero existen otros criterios y baremos a la hora de poner en marcha una idea emprendedora. Y, para mí, el fundamental es el tiempo. Es, quizá, una inversión mucho más costosa de un desembolso en euros y, a la postre, menos valorada por todos.
Internet ha hecho que los costes materiales de estructura se hayan reducido a la mínima expresión. Sin caer en la exageración, poner en marcha un comercio digital, una web de noticias o, simplemente, una asesoría con presencia exclusivamente online requieren una inversión económica muy escasa. El servidor web, dominio y personal, excluyendo alquileres, mantenimiento de esas sedes…
Sin embargo, detrás de todos esos proyectos hay horas y horas de tiempo que, en muchas ocasiones, se obvian o se minusvaloran. Un error garrafal, pues aunque no se mueva ni un solo euro, una hora de trabajo de un profesional capacitado tiene un coste. Por tanto, uno de los mejores aprendizajes a la hora de afrontar un proyecto es que el tiempo se puede (y, para evitar confusiones, se debe) traducir en dinero.
Como decía el compañero Lucerito en un artículo hace unos meses, el valor del tiempo nunca se debe despreciar. Pese a que, en muchas ocasiones, se distingan sólo las inversiones puramente económicas hay que aprender a colocar las horas de ideación, diseño y desarrollo de un proyecto como un desembolso más.
En Pymes y Autónomos | No debe despreciar nunca el valor del tiempo, Crear un negocio on line requiere mucho más que un ordenador y tiempo libre, El empresario y la gestión del tiempo Imagen | Belén Montilla