En este segundo post voy a describir las formas de empleo que se puede ir encontrando un profesional liberal, un arquitecto, una vez obtenido el título, tras pasar su etapa de estudiante.
Una vez titulado el arquitecto debe colegiarse para poder ejercer de forma autónoma como profesional liberal, la colegiación implica unos gastos, que aunque no son muy elevados, en las etapas iniciales, mientras no tienes clientela propia, no es necesario asumir si puedes trabajar por cuenta ajena. A pesar de lo que pueda parecer, aparecen modalidades de contrato muy similares a las que te encontrabas como estudiante.
La primera fórmula, habitual entre recién titulados, es la de empezar a trabajar en algún estudio, en prácticas, cobrando muy poco; algunos estudios de renombre se permiten incluso el lujo de pagarte “permitiéndote que digas que has colaborado con ellos”; es decir, sin cobrar un euro, pero a cambio de “currículum”, en la mayor parte de estos casos, el contrato es algo que no existe, y si existe no se cumple.
Otra fórmula, es entrar a formar parte de un equipo, mono o multidisciplinar, en el que desarrollas tareas en función de las áreas que más domines, o que vas aprendiendo. De nuevo el salario suele ser bajo al principio, pero ya hay un contrato de por medio, y pasas a estar en nómina en el estudio o la empresa.
Hay además de estas situaciones otras, que son más habituales de lo que deberían.
Autónomo económicamente dependiente: por definición alguien encajado en esta tipología factura mayormente para una única empresa. En esta situación hay muchos arquitectos, se dan de alta como autónomos, pero lo que realmente hacen es cobrar un tanto fijo al mes, y pagarse su seguridad social trabajando por cuenta ajena, con medios y horarios fijados por el empresario (o estudio). Es la misma situación que estar por cuenta ajena, pero con menos ventajas sociales.
Falso autónomo: más habitual aún que la anterior (y más irregular, por rozar la ilegalidad) es estar de facto trabajando como un asalariado, con un estipendio, un horario y un puesto prefijados, pero sin embargo facturando los trabajos como autónomo a una o varias empresas (del mismo grupo, ya que el puesto es el mismo y el trabajo también, aunque las facturas tengan distintos destinatarios) El trabajador en esta situación está en una clara situación de indefensión, lo único que puede hacer es denunciar, lo que es lo mismo (sobre todo en el contexto actual) que morder la mano que te da de comer.
Otra situación, es que trabajes realmente como autónomo, pero eso ya es tema del siguiente post.
En Pymes y autónomos|Trade: el trabajador autónomo económicamente dependiente. Imagen | Fran Carreira Más información |arquitectos explotados.