Parece que este año, con la crisis, se está adelantando el retorno al trabajo a la última semana de agosto. Y aunque el gran éxodo de vuelta será la semana que viene, muchos empresarios y trabajadores ya se enfrentan hoy a sus tareas después de muchos días de ocio.
Aunque la vuelta al trabajo es una época traumática para muchos, lo cierto es que puede convertirse en un periodo de oportunidades. Al ser un periodo de adaptación para todos, podemos aprovecharlo para iniciar cambios en la estructura de la empresa.
Uno de los primeros cambios que podemos introducir es la modificación de horarios. Podemos probar con una estructura más flexible de entrada y salida (márgenes de media hora para entrar y salir del trabajo) o una estructura horaria más concentrada (jornada intensiva). Si no funciona, la actividad habitual se verá menos afectada ahora que en mitad del “curso” empresarial.
Por lo general, los días de vacaciones son un periodo bastante creativo, en el que tenemos nuevas ideas. ¿Por qué no aprovechar ese recurso? A lo largo del mes de septiembre podemos instaurar “el desayuno con el jefe”. Podemos tomarnos un café con nuestros trabajadores y escuchar sus propuestas y comentarios sobre el funcionamiento de la empresa. Si vemos que este tipo de encuentros son productivos, podemos extenderlos al resto del año.
Por último, dentro de este “marco de pruebas”, podemos ir más allá y modificar la estructura de producción en nuestra empresa. ¿Habéis considerado la posibilidad de modificar el horario de trabajo por una producción semanal basada en objetivos? Este o cualquier otro cambio puede probarse en esta época y extenderse, en función de sus resultados, al resto del año.
Y vosotros ¿qué pensáis? ¿El periodo postvacacional es una buena época para introducir cambios? ¿o irá en contra el malhumor general?
Imagen | Freddy The Boy
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