He tenido un problema, y grave para mí por cierto. Os cuento: soy un músico malucho que me dedico a destrozar y masacrar melodías con un saxofón. Después del parón estival, he vuelto a cogerlo y cual ha sido mi sorpresa cuando he descubierto que se le han desajustado un par de muelles, por ende un par de llaves y "la trompeta ruidosa e insoportable" como la denomina la vecina del quinto ha dejado de funcionar.
Pues bien, yo, ni corto ni perezoso y siguiendo los fáciles y sabios consejos de Bricomanía, me he armado de destornilladores, pegamentos y muelles y Bingo; He conseguido romperlo en serio. Y aquí comienzan los problemas..... y las oportunidades de negocio para algunos.
En muy pocos sitios y muy pocas personas se dedican a la profesión de luthiers, o mecánicos de instrumentos musicales. Es decir, por supuesto que si hay, pero con una dispersión geográfica importante. El área de Valencia es uno de los más prolíficos en este sector dada la gran afición y cultura musical que tiene esta comunidad pero el resto de España, apenas cuenta con ellos. ¿Que ventajas tiene esta profesión? Pues se me ocurren las siguientes:
Nicho de mercado amplio, dada la gran cantidad de músicos y agrupaciones musicales que tenemos en España.
El aprendizaje de la profesión no es excesivamente complejo, independientemente del tipo de instrumentos que nos dediquemos a reparar. Lógicamente no es lo mismo arreglar violines y guitarras que saxofones y clarinetes.
Este sector no conoce la palabra crisis, (perdón desaceleraciones del mercado, ZP dixit). El músico no es nada sin instrumento, al igual que el transportista sin vehículo con lo cual a los arreglos de instrumentos no le afectan los vaivenes de la economía.
Los instrumentos musicales son caros, y los muy buenos muy caros, por lo que las reparaciones, revisiones, ajustes y limpiezas son obligatorias cada determinados periodos de tiempo, dado que un músico no se compra un instrumento todos los días. En particular, algunos se mantienen durante toda la vida, como por ejemplo guitarras, violines o pianos.
Para nuestro taller no necesitamos contar con grandes instalaciones, dado que se puede realizar hasta en nuestra casa.
El porcentaje de impagos tiende a cero, dado que la norma general impone pagar cuando se recoge el instrumento. Los repuestos son baratos y aquí se paga por la profesionalidad y destreza del luthier. Cuanto mejor seas en tu trabajo y mejor sea el instrumento que tienes entre manos más te puedes permitir cobrar.
El complemento ideal a esta profesión es la venta de instrumentos, que también presenta ciertas ventajas. El stock es mínimo, dado que se vende el 95% por catálogo y a petición. El margen con el que se cuenta es considerable e introducirse en el mercado no es fácil pero tampco imposible. Ubicaros cerca de conservatorios, y contactar con bandas de música, grupos de rock y distintas agrupaciones musicales. Ese es el mercado nuestro.
¿Se os ocurre alguna más? Y por cierto, ¿que inconvenientes le encontráis?
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