Una vez más el 8 de marzo se aproxima y con él las reivindicaciones sobre el papel de la mujer y el mercado laboral. Se denuncia la desigualdad persistente entre hombres y mujeres. Esta desigualdad en cuanto a sueldos, desempleo, etcétera, se da en todos los países.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo refleja en su último estudio,en el que subraya la diferencia entre la preparación académica por parte de la mujer y el paro que sufre, y que está relacionado con la escasez de servicios para atender a los hijos, como las guarderías.
Cuando el día 8 de marzo se aproxima, son muchos los estudios, informes y cifras que se manejan para llegar a la misma conclusión: la mujer cobra menos, tiene una mayor preparación académica, suele ocuparse de actividades como el cuidado de los hijos, padres u otros familiares enfermos y, a la vez, ha de rendir en el trabajo como el que más.
No creo en el término 'sexo débil', pero tampoco en que durante estas décadas hayamos avanzado mucho en cuanto a igualdades salariales.
Si bien, no todas las mujeres son merecedoras de esta sobreprotección por parte de diversos movimientos (sindicatos, otras mujeres que dicen representar nuestros derechos...) otras sin embargo, cargan sobre sus espaldas con una presión añadida que el hombre evita, desconoce o simplemente no realiza por norma general. Algunos trabajos domésticos siguen siendo un terreno lo queramos o no, destinado a la mujer.
La OCDE subraya que las diferencias de género relacionadas con el mercado laboral “podrían ser el resultado de que hay más mujeres que se quedan fuera de la fuerza de trabajo, probablemente debido a los papeles tradicionales en lo que respecta a la unidad familiar”.
Pone como ejemplo a las madres que se quedan en casa tras dar a luz (frente a los varones) “especialmente en países con amplias brechas salariales y con una oferta de servicios limitada para el cuidado de los niños”.
En España la escuela infantil no es ni obligatoria ni gratuita en la primera etapa, que comprende de los cero a los tres años del menor. El Gobierno impulsó un plan en 2008 para crear las 300.000 plazas que se había calculado que estaban sin cubrir entonces. El proyecto se interrumpió a mitad de camino por la crisis y por los recortes cuando solo había creado 71.000 plazas.
No obstante, el paro no se ha cebado con las mujeres. Son muchos los varones que han visto desaparecer ese 25 % que ocupaban ellos, mientras que entre las mujeres sólo ha desaparecido un 10%.
Más que la desigualdad salarial (que existe en según qué esferas) lo que nos une tanto a hombres como mujeres, es la escasa ayuda o espacio para poder conciliar la vida laboral con la personal. Pero haciendo hincapié en que en el 90% de los casos es ella, la que no termina su jornada hasta que se va a dormir.
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