Nuestras empresas se mueven en un mundo complejo en el que la existencia de la competencia es algo incuestionable aunque determinar quiénes son nuestros verdaderos "enemigos" puede ser una labor complicada.
Existen muchas formas de estudiar la competencia y algunas nos pueden llevar a emprender una lucha abierta contra todas las empresas del entorno que se parezcan a la nuestra. Esto resta efectividad a nuestras acciones pues es como estar en una guerra escondidos en una trinchera sin saber quién quiere matarnos. (¿Todos?)
En una realidad cada vez más global todo esto se complica y si no sabemos centrarnos en nuestra competencia para estudiar sus objetivos, estrategias, fortalezas y debilidades, difícilmente podremos plantear un combate en condiciones.
La crisis nos obliga más que nunca a competir por nuestro trozo del pastel. La lucha cada día es más salvaje y esto puede confundirnos al determinar contra quién luchamos. Porque sí, estamos luchando y no podemos centrarnos únicamente en el cliente ya que este está intentando ser atraído por otras opciones del entorno.
Las visiones sobre la competencia podrían ser clasificadas en "industriales" y de "mercado". La primera opción se basaría en tener como competencia a aquellas empresas que producen productos (u ofrecen servicios) sustitutivos a los nuestros y la segunda en buscar quién satisface las mismas necesidades que nosotros. Y créanme que no es lo mismo.
A mí me gusta pensar en las necesidades y en la manera de cubrirlas. Si cubrimos necesidades de manera más satisfactoria que la competencia tendremos mucho camino andado. Eso sí, no es el único valor utilizado por los clientes.
En estos momentos de crisis muchos renuncian a cubrir parte de sus necesidades o a hacerlo de manera menos completa. La forma de consumir de forma satisfactoria puede estar cambiando así que tan importante es adaptarse como saber los cambios que hacen nuestros competidores. ¿Has pensado que tus competidores pueden haber cambiado o que ya no son los que eran?
Un problema que he encontrado en varias empresas es no saber determinar con quién compiten al partir de una visión "inflada" respecto a su propio producto o servicio. Tenemos que partir de un análisis sincero de nosotros mismos y no solo en pensar cómo nos gustaría ser.
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