Una de las cuestiones que más se dejan ver en los estudios que periódicamente se presentan sobre el comercio electrónico en nuestro país es la brecha digital que padecemos, tanto a nivel de país como sobre todo a nivel generacional. Está claro que el desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones no es un sector estratégico para este país, por mucho que se predique de boquilla en foros políticos.
Hace un par de días se Eurostat, la oficina estadística comunitaria sacó un informe según el cual sólo el 23% de los españoles ha realizado alguna compra por internet en el último año y no quedamos lejos de la media europea situada en el 37% y a una distancia abismal respecto a los líderes como Reino Unido con un 66%, Dinamarca con un 64% o Suecia y Holanda con un 63%. Pero si tenemos en cuenta que la media de uso de internet diariamente se sitúa en España en el 39 % mientras que la media europea está en un 50%, vamos viendo una de las razones de esta nivel tan bajo respecto a la media europea, una de las brechas digitales. La otra la encontramos en en que de este 39% que usa la red a diario, el 68% de ellos son jóvenes de entre 16 y 24 años, es decir, con un poder adquisitivo por lo generala bajo a la hora de consumir. Aquí tenemos la segunda brecha digital.
Bien es cierto, que en Europa de los usuarios diarios de internet un 73% pertenece al grupo de edad de los jóvenes, y a pesar de ello tienen cifras de comercio online mucho mejores que las de nuestro país. Y es que existen varias generaciones para las que los ordenadores, no ya internet, son totalmente ajenos. Se los impusieron en su trabajo, y comenzaron a utilizarlos, pero no lo entienden como algo natural para relacionarse con el mundo, ya sea para trabajar, pedir una cita con el médico o comprar.
En la medida que esta generación vaya dejando paso a los más jóvenes cuya relación con la tecnología es más natural, puesto que ya han crecido con ella, las cifras del comercio electrónico comenzarán a crecer. Los que somos de una generación anterior debemos hacer el esfuerzo por comprender el medio y establecer una relación natural con él. Es más fácil que nos estafen en un cajero automático que realizando una operación por internet, con las debidas precauciones.
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