Lo malo de tener una página web en la empresa es que acaba por reflejar muchos de los aspectos de la misma fielmente, incluso mucho más de lo que nos gustaría. Y sin embargo no hacemos nada para tratar de cambiarlo. Esto es especialmente grave cuando la página web de tu empresa apesta, y lo sabes, pero incluso así no eres capaz de hacer nada.
Es cierto que puede que el núcleo de tu negocio no esté en Internet. Bien, en ese caso, no tengas una página web complicada, pero si lo que vas a mostrar son datos de contacto y poco más procura que visualmente sea atractiva y cumpla con su función en todo tipo de dispositivos.
Lo que no puedes hacer es mantener una web idéntica a la que tenías hace diez años. ¿De verdad piensas que resulta útil para tus clientes? Tal vez lo sea para que decidan no acudir a tu negocio, pero poco más. Hay otras formas más eficientes, incluso de forma gratuita o casi gratuita de mantener una página web de calidad y actualizada.
Lo cierto es que muchas veces la página web se crea en un momento de entusiasmo, para ganar clientes a través de Internet, pero nos olvidamos que este mundo cibernético no deja de ser como el mundo real. Tener un escaparate anticuado, escondido y donde nos cuesta ver la información no nos va a reportar un gran número de ventas, sino más bien al contrario.
Quizás el enfoque debería ser diferente y hacer de la página web una tarjeta de visita, digital y visualmente atractiva, pero que por lo menos cause buena impresión al cliente que nos busca por este medio en Internet. Luego lo demás ya dependerá de nuestra habilidad comercial para que pase de cliente potencial a cliente real.
En Pymes y Autónomos | Mi empresa ya tiene página web, ¿por qué no tengo miles de visitas?