La explosión del uso de las redes sociales llegó hace un par de años y muchas veces las relaciones personales y laborales se mezclan dentro de ellas. Si además esto se mezcla con la desinhibición de las cenas de empresa navideñas el cocktel que se forma puede ir más allá de una simple noche. Y es que las redes sociales amplifican los efectos de las cenas de empresa, tanto para bien como para mal.
Se graban vídeos y automáticamente se comparten en redes sociales. El efecto es que algo que puede quedar como el recuerdo de una noche acaba extendiéndose más de lo que teníamos previsto. El vídeo hace que los recuerdos de la noche perduren. Y las redes sociales hacen que se amplifiquen y lleguen a más personas de las que inicialmente estaban en la reunión.
En el aspecto positivo nos puede ayudar a transmitir el buen ambiente que existe en nuestra empresa, cómo trabajamos y nos relacionamos fuera de al oficina, en definitiva un espíritu de equipo para sacar adelante un proyecto común. Esto nos puede ayudar en las relaciones con otras empresas, a conseguir nuevos clientes, en definitiva a reforzar la confianza de terceros en nuestro equipo de trabajo.
En el aspecto negativo las consecuencias de un mal ambiente en la cena, o el típico discurso del jefe de empresa puede dejar huella. Esas palabras que siempre alguien graba en vídeo y luego se oyen los comentarios a soto vocce de miembros de la empresa que matizan de modo sarcástico o irónico las palabras del jefe, o directamente lo ridiculizan, por lo que si llegan a las redes sociales al final dejan una imagen muy negativa de nuestra empresa. Esto puede ser peligroso si has agregado a tu jefe en tus redes sociales.
Pero también si alguien se ha pasado de copas o ha realizado comentarios fuera de tono quedan más allá de ese momento puntual y fuera de contexto parecen mucho más de lo que fueron. Vistas al día siguiente no se sostienen y la imagen que queda de la persona que las ha protagonizado es bastante mala, sobre todo si tiene un cargo de responsabilidad en la empresa.
Por todo ello mi consejo es que si las relaciones en el trabajo no han sido todo lo buenas que nos gustaría en el último año, fruto en muchas ocasiones de los resultados económicos de la empresa, intentemos mantener un comportamiento adecuado. Que sea distendido pero sin necesidad de pasar a un plano de confianza que podemos tener en ámbitos fuera del trabajo.
En Tecnología Pyme | Despedida por utilizar las redes sociales en el trabajo
Imagen | Francesco Crippa