A la hora de cambiar de equipo informático o cuando acaba el tiempo de soporte de un sistema operativo es necesario invertir en un ordenador nuevo. Es aquí cuando surge la cuestión que algunos se plantean, ¿por qué pagar por algo que puedo obtener gratis o casi? Por eso muchas empresas se plantean las licencias de software baratas como una alternativa.
No hay más que buscar en Internet para encontrar licencias de sistemas operativos, de programas ofimáticos o similares a un precio mucho más bajo del que podemos encontrar en los canales oficiales. Y claro es aquí cuando surgen las dudas a la hora de realizar dicha inversión. Esto cuando no se apuesta directamente por programas pirateados a coste cero, al menos en lo que a licencias se trata.
Pongamos un ejemplo de un puesto de trabajo, con Windows 10 Pro y Office 2019 en su versión para empresas, un combo muy habitual en la empresa. En la tienda de Microsoft podemos encontrar dichos productos por un precio de 558 euros. No es raro poder encontrar ambos productos por poco más de 70 euros.
¿Cómo es posible vender estas licencias tan económicas? Lo cierto es que en muchos casos se trata de un engaño y nunca llegan a funcionar, en otras lo hace al menos durante un tiempo o dependiendo de la tienda puede que nunca nos lleguen a dar un problema. La cuestión es que nos jugamos un poco a la lotería el funcionamiento de nuestra herramienta de trabajo.
Si esto lo vamos a poner en marcha en un ordenador para casa que utilizamos de forma esporádica para uso lúdico pues no sería un inconveniente. Pero la verdad es que no me imagino el caso de una asesoría que tiene que cerrar trimestre de sus clientes y que ese día dejen de funcionar los ordenadores, office o cualquier otro. En el trabajo necesitamos herramientas fiables, y eso es precisamente lo que no nos garantizan estas licencias.
A partir de aquí cada uno puede decidir en función de sus necesidades. Para muchos los ordenadores no son más que algo con lo que están obligados a trabajar, pero creen que no es productivo para su negocio. Quizás cuando dejan de funcionar cambian de opinión. Porque volver al papel y el boli, no es una opción hoy en día.
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