Hace unos días hablábamos de como tener un pecé en un pendrive. Ahora, la empresa noruega FXI nos deja “jugar” con un ordenador de bolsillo digno de películas de James Bond: Cotton Candy. Es del tamaño de un pendrive y tiene dos puertos, uno USB y otro HDMI.
Por esos puertos se puede conectar prácticamente a lo que quieras, ya sea directamente a un monitor y un teclado, a una tele, a otro ordenador, un smartphone o incluso una tablet. Él solito se encarga de poner Android allá donde quieras. Es una práctica sencilla y un gadget que nos puede salvar de algún apuro.
El FXI tiene un procesador Samsung Exynos ARM de doble núcleo a 1,2GHz, Wi-Fi 802.11n, Bluetooth y una ranura microSD, funcionando todo con Android 2.3, aunque con la salida de Ice Cream Sandwich suponemos que lo actualizarán así como cuando salga Windows 8 para ARM.
Los periféricos se pueden conectar por Bluetooth y por el USB se alimenta además de ofrecer la posibilidad de compartir datos cuando se conecta con ordenadores. Además el procesador es lo suficientemente potente como para visionar vídeo 1080p de manera fluida, aunque esto es bastante cuestionable ya que la refrigeración no es la mejor.
El precio del gadget será de algo menos de 200€ y sólo se prevé que lo encontremos con Android. La venta se hará por fabricantes y FXi lo distribuirá por venta por licencias. Para montar una oficina de manera rápida son bastante útiles, y si lo pudiésemos usar con aplicaciones SDI sería algo revolucionario.
Personalmente, desconozco cómo se refrigerará algo tan pequeño como este gadget. Pero me temo que será peligroso confiar una jornada laboral normal bajo un pecé que cabe en la palma de una mano, no por su potencial, sino por su durabilidad física.
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