Recuerdo de pequeño ir con mis abuelos a nuestra población de veraneo, y mi abuelo desde esa localidad (situada a un medio centenar de kilómetros de Barcelona, donde estaban las oficinas de la empresa) llamar diariamente a su secretaria para ver como iba la empresa en su ausencia. Y recuerdo que en muchas ocasiones llamar no era precisamente fácil (ni desde el domicilio, ni desde una cabina, etc.), ni siempre existía calidad en la llamada, hoy incluso existe Skype, el vuelco es absoluto.
¿Y sabemos en nuestras empresas y como profesionales aprovecharnos de este vuelco?, ¿sabemos utilizar todas las oportunidades que las telecomunicaciones para empresas nos ofrecen? A medias. Evidentemente ya no hay nadie que tenga dificultades para ponerse en contacto con su empresa, ni que no sepa utilizar un móvil o demás, pero no todo el mundo sabe sacarle el máximo provecho para optimizar la forma de comunicarse, y el coste con el que hacerlo.
Hoy ya las llamadas no son un suplicio, ni los móviles son aquella mezcla de maletines zapatos que yo recuerdo instalados en los vehículos. Hoy todo eso ha cambiado, pero no todo el mundo sabe utilizar los mejores y más ventajosos sistemas para estar siempre y permanentemente comunicados.
Y hoy esta necesidad es básica, entendiendo que además cada vez más vivimos en un mundo global, donde lo nacional y lo internacional se entremezcla, y las necesidades de comunicarnos con y desde todo el mundo se multiplican. Así que bien harían estos profesionales y empresarios que aún se encuentran en la era de Cromagnon en ir más allá simplemente de saber que tienen un teléfono siempre a su alcance y aprender que en realidad tienen un mundo de telecomunicaciones a su alcance.
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