Según un reciente estudio de la OCU el móvil crea adicción ya que , un 25% de los encuestados confiesa que su relación con este dispositivo ha dejado de ser una necesidad a convertirse en una obsesión. Se ha realizado la encuesta a más de 1900 personas con edad comprendida entre 18 y 64 años, por lo que no erraríamos mucho si se afirma que uno de cada cuatro empleados de tu empresa es adicto al smartphone.
De media, la encuesta revela que se pasan unas 5 horas diarias conectados a Internet o utilizando el teléfono móvil. Y lo que es por todavía es que parte de este tiempo, 17 horas a la semana, confiesan hacerlo en el trabajo, lo que casi significa que la mitad de su jornada laboral la utilizan para estas cuestiones. Eso si, la encuesta no especifica si se realiza dicho uso para cuestiones laborales o no.
Hay determinadas cuestiones que si es cierto dan una ligera pista de si el uso es laboral o personal. Leer el correo es una de las principales tareas en las que se ocupa dicho tiempo, pero también buscar información en la red o el uso de redes sociales. La mayoría de los encuestados, un 85%, reconoce que pasa más tiempo con el smartphone de lo que le gustaría.
Un 65% confiesa que mantiene siempre cerca y encendido el teléfono. Y lo que es peor, con notificaciones activas, que constantemente están reclamando su atención, que van a interrumpir lo que están haciendo en muchos casos, para enviar un mensaje, responder un correo o acceder a su red social favorita. Esto penaliza enormemente la productividad de estos trabajadores.
No sólo es culpa de los trabajadores, también lo es de las empresas. Durante años se ha estado limitando el acceso a Internet, a redes sociales, etc. Por lo general, políticas de café para todos, donde todo estaba prohibido salvo algunas cosillas que no... Se tutelaba a los empleados, se les trataba como a niños pequeños respecto a Internet y la tecnología... Pero en pocas ocasiones de ha buscado su corresponsabilidad.
Ahora poner dichos límites en los dispositivos personales es mucho más complicado. Y los usuarios siguen siendo como niños pequeños, no han evolucionado y no saben hacer en muchos casos un uso responsable de la tecnología, de la conexión a Internet desde sus teléfonos móviles. Quizás es el momento de empezar a medir más la productividad y menos las horas que se calientan las sillas en muchas empresas.
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