El soporte de Windows 7 acaba en enero de 2020. Microsoft ya se encarga de advertirlo a muchos usuarios mediante ventanas emergentes para que tomen las medidas oportunas. Pero la realidad es que Windows 7 se convertirá en un problema en la empresa a corto y medio plazo.
Dos son los problemas principales. El primero de ellos es la cantidad de equipos que quedan en el entorno empresarial con Windows 7 instalado. Un reciente estudio de Kaspersky cifra esta cantidad en un 47%, para las pymes y aumenta un punto más si sumamos los equipos con Windows XP o Vista. De esta forma podemos decir sin equivocarnos mucho que uno de cada dos equipos en la pyme dejará de tener actualizaciones de seguridad en enero de 2020.
Es un volumen lo suficientemente elevado como para que para muchas empresas suponga un problema a la hora de renovar la mitad de sus equipos de golpe. Es imprescindible realizar una planificación adecuada para que si no están todos migrados a Windows 10 en enero, al menos lo estén la mayoría y existan planes para hacerlo en próximos meses.
Porque el segundo problema viene de la mano del RGPD y la LOPDPGDD, que han elevado las exigencias de las empresas a la hora de proteger los datos personales. Y mantener sistemas operativos que pueden tener fallos de seguridad conocidos y que no serán solucionados por estar obsoletos es un problema grave.
No todas las empresas tienen las mismas medidas de seguridad y por lo tanto no se ven igual de expuestas. Son los consultores de protección de datos, o el Delegado de Protección de Datos, en caso de existir los que tienen que mojarse en este asunto y trazar unas recomendaciones para que la empresa sepa como actuar.
La realidad es que la mayoría de las organizaciones lo ven como obligación incómoda de cumplir. Muchos de estos equipos están funcionando correctamente, no han tenido mal rendimiento y no han dado motivos a la empresa para sustituirlos. Solo se hace por una cuestión de seguridad. Existe la posibilidad de contratar extensión de soporte con Microsoft para estos ordenadores con una suscripción anual que parte de los 50 $ el primer año, aunque dudo mucho que en las pymes se acojan a esta alternativa.
Por último no hay que olvidar que este fin de soporte también afecta a Windows Server 2008 R2, por lo que es posible que el servidor de muchas empresas también se vea afectado, lo cual no hace sino agrabar el problema. Y todo esto lo tenemos que renovar sin que afecte a la continuidad del negocio.